NO HAY TECHO PARA LA NUEVA GENERACIÓN
Estuvimos presentes en el Festival La Nueva Generación en Córdoba Capital. Texto y fotos.
No es casualidad que el Festival La Nueva Generación se realice en Córdoba, así como su nombre tampoco lo es. Y no sólo porque sea Córdoba, sino el hecho de que sea fuera de la Provincia de Buenos Aires ya es una novedad, aunque varios de los artistas más importantes que estuvieron presentes lo sean. Es un momento especial para la música nueva, hay un recambio en el rock-pop argentino, sin entrar en géneros específicos, y un recambio de calidad, federal y autogestionado.
La Nueva Generación es un reflejo de esto último mencionado, es un medio contenedor generado a partir de la calidad de la escena musical cordobesa en expansión, y su relación con los demás polos musicales del país. Indudablemente en el festival se respiró aire joven, nuevo y enérgico, retroalimentado por un público que captó al instante esta fuerza arrolladora y que acompañó en gran número esta apuesta de nivel internacional.
Las bandas cordobesas estuvieron a la altura, y no es un detalle menor, ya que a nivel general todas se encuentran en su punto más alto de carrera hasta el momento. Párrafo a parte para Juan Ingaramo, quien estuvo a cargo de uno de los horarios centrales en el escenario principal y consiguió con total naturalidad mover a toda la gran masa de gente al ritmo de sus hits, nuevos y viejos.
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Otra de las principales características de esta nueva era musical joven es la buena onda que existe entre cada proyecto, la colaboración mutua y constante y su desinterés en generar un clima de «competencia». Esto se vio reflejado en el predio del Hipódromo Jockey Club, con la presencia permanente de músicos al costado del escenario disfrutando de las performances de sus colegas, así como también tomando el micrófono para cantar canciones como invitados:
Zoe Gotusso fue la que más veces subió al escenario, literalmente estuvo en los tres. Primero con Valdes, luego con su propio proyecto Salvapantallas con el cual invitaron a «el Ruso» de Conociendo Rusia, después invitada por Hipnótica, más tarde cantó con Emmanuel Horvilleur y cerró la noche junto a Louta. Este último también llevó al escenario a Marilina Bertoldi y fue parte del show de Juan Ingaramo, Horvilleur por su parte hizo su aparición en el show de El Kuelgue y Lo’ Pibitos invitaron a Gastón pérez de De La Rivera a cantar «Nada que ver».
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Todos hicieron lo suyo, sin dudas el momento culmine de la noche fue cuando la tan esperada Naty Peluso salió a escena y brindo un show que quedará marcado por mucho tiempo como uno de los mejores en tierras cordobesas.
Los Espiritus es una de esas bandas que en vivo emocionan el doble, demostraron porqué convocan cada vez más y más espectadores en sus shows y cómo la calidad del sonido de sus discos se multiplica arriba del escenario, así como también las sensaciones que genera.
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Louta fue el broche de oro del Festival, con su energía ya característica se metió en el bolsillo a todos en cuestión de segundos y presentó su nuevo disco Enchastre con una nueva puesta en escena. Como no podía ser de otra manera, terminó flotando arriba del público.
No hay techo para esta Nueva Generación, pero lo que sí hay es festival, gestores culturales, medios, y, por sobre todas las cosas, público, un gran número de personas atentas e interesadas siempre a las propuestas innovadoras.
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