“LA CREATIVIDAD COMO DJ ESTÁ EN LOGRAR LLEVAR AL PÚBLICO A TU PROPIO MUNDO”

Hablamos con Mateo Castagno, músico, dj y profe, sobre el furor de los adolescentes por querer ser Dj´s.

Durante décadas, la imagen del adolescente que soñaba con tener una banda, tocar la guitarra eléctrica o sentarse detrás de una batería fue casi un lugar común. Hoy, esa postal ha mutado: el deseo de hacer música no desapareció, pero adoptó nuevas formas. En la era digital y el consumo inmediato, cada vez más jóvenes eligen convertirse en DJs. Ya no como hobby ocasional, sino como una vía legítima de expresión artística, una herramienta para crear comunidad y, en muchos casos, un oficio con proyección profesional.

Mateo Castagno, alias “Tamarroh“, es músico y DJ en Villa María. Desde hace un tiempo, da clases a adolescentes y jóvenes que llegan a su curso con intenciones diversas: musicalizar fiestas, experimentar con sonidos o simplemente explorar su identidad a través de la música. Desde su experiencia en Groove, una escuela de DJs nacida en el estudio de tatuajes y piercings Piercing VM, Mateo observa el fenómeno de cerca.

En esta charla con Revista WAM, nos comparte cómo se transformó el imaginario musical juvenil, el rol social del DJ y por qué, en un país donde comprarse una guitarra puede ser un lujo, una computadora puede abrir la puerta a una carrera artística.

¿Qué creés que representa hoy el deseo de ser DJ para adolescentes y jóvenes? ¿Es una nueva forma de expresión artística o algo más relacionado con el presente digital?
Creo que la emergencia de tantos Djs, su masificación en redes sociales, y el deseo de muchos jóvenes en particular de acercarse a este oficio se enmarca en un escenario sociocultural en el que la digitalidad es protagonista, y del que todo análisis es en algún punto conjetural, porque que es un proceso cuyo desarrollo vemos avanzar día a día.

Si tuviese que arriesgar una opinión, pienso que se mesclan un creciente interés de parte del público joven por géneros de la música electrónica, un creciente interés de parte de la industria musical por la figura del Dj como artista, pero también como objeto de consumo/influencer, y también en un punto el contexto de crisis económica que de alguna manera dificulta el comprar un instrumento “porque al nene le gusta la música” y que lleva a encontrar en el djing y la producción musical un canal para ese interés artístico, porque para empezar a hacerlo no se precisa más que una computadora (conocido es el caso de LGante y su netbook del gobierno) o incluso un celular. 

¿Pensás que el DJ tomó el lugar simbólico que antes tenía el guitarrista, el baterista, el cantante? ¿Cuál estu postura al respecto? 
No creo que el DJ haya suplantado al instrumentista clásico. Sí, quizás, puede haberlo hecho la figura del productor musical, aquella persona que, con conocimientos básicos de varios instrumentos y mucho manejo de las herramientas digitales, puede hacer música.

También sucede esto de que a la hora de tocar en vivo muchos artistas van con un DJ que reproduce las pistas, suplantando el rol clásico de la banda. Esto, si bien en los géneros urbanos es parte de la estética, responde también al contexto económico. Tener una banda no es sustentable, entonces el DJ gana terreno.

¿Qué les enseñás a tus estudiantes más allá de las técnicas de mezcla?
Lo que más trato de transmitir es la búsqueda de la identidad propia a través de la escucha y la selección musical; creo que el DJ debe ser melómano, investigador y divulgador de sus hallazgos musicales.

También recalcar el rol de creador de momentos gratos, de ambientes que propicien encuentros y compartires.

¿Qué lugar tiene la creatividad en un set? ¿Cómo trabajás eso en clase?
La creatividad está en lograr que el público sienta que eso que vos querés que escuchen es lo que quisieran escuchar. Está en lograr llevarlos a tu mundo, para lo cual es necesario que ese mundo suene agradable y sea entretenido. 

-¿Qué cambios notás entre quienes llegan al curso buscando pasar música en fiestas y quienes descubren una pasión más profunda?

Cada alumnx llega con sus objetivos y su escenario ideal –una fiesta, un evento social, un desfile- y con ese objetivo comenzamos. En el camino las herramientas van apareciendo y las posibilidades se expanden, y creo que ahí el entusiasmo lleva a querer profundizar en el aprendizaje que permite otras experiencias.

-¿Qué rol cumple la figura del DJ en la construcción de comunidad hoy?

La musicalización es una parte muy importante a la hora de crear un lugar agradable de habitar. Y siento que la comunidad se sostiene, se encuentra y crea en esos espacios. Además del hecho básico de que si la música está buena te invita a quedarte y tomar algo y eso lleva al sostenimiento material del lugar.

-¿Qué te enseñaron tus propios alumnos sobre esta nueva era?

La frase hecha de que enseñando se aprende no por trillada deja de ser súper cierta. Con lxs alumnxs más jóvenes pude descubrir mucha música nueva a la que no sé si hubiese podido acceder por mi cuenta, y a través de la música conocí estéticas y escenas emergentes muy flasheras. Como esta onda hard techno medio industrial super oscura que pega cada vez más y que capaz me queda re lejos para entenderla y que me mueva alguna fibra, pero a través de ellxs puedo entender qué les genera y qué transformaciones en los gustos musicales fueron dándose para llegar a esta escena actual. 

Groove es escuela de DJs abierta a todas las edades y niveles de conocimiento del tema. Surge por iniciativa de Andrés Ocampo, dueño de Piercing VM. El estaba en la búsqueda de que siempre estén sucediendo cosas en su espacio de trabajo, donde ya se hacían piercings y tatoos, y ahí la vió. Como sabía que yo había estado dando clases de manera particular en mi casa, me acercó la idea y ahí nomás acondicionamos un rincón para las clases, él consiguió los equipos y abrimos las inscripciones, todo en menos de un mes.

Instagram: grooveescuela