En la columna de esta semana, Mauro Guzmán nos comparte uno de sus cuentos.

 Los adoradores del sapo que habla solo

I.El sapo que habla solo es verde. Estaba en un árbol y dijo qué calor. Marcela lo escuchó y se quedó sin respirar. La enterraron al otro día.

II.El sapo que habla solo saltó por la vereda y entró a la peluquería. El peluquero lo miró y el sapo dijo que sí. El peluquero dejó todo y lo siguió.

III.El peluquero predicó en panaderías y locales de estilistas. Hombres suaves le creían y calentaban sus corazones cantando la canción del sapo que habla solo. Era una canción que siempre era distinta pero inconfundible. Quien la oía pensaba: algo extraño va a pasar.

IV.El sapo que habla solo enseñó a los hombres a hablar con el pelo. Les mandaba lavarse el pelo dos veces al día y abrir la ventana para que el viento se los seque.

V.Los adoradores del sapo que habla solo se aman. Se han ido transformando en criaturas verdosas con lenguas largas y capaces de soportar mucho tiempo bajo el agua ¿Cómo no los has visto, no has notado su canción en tus recuerdos borrosos de la niñez? Son ellos- es él- llamando a tu corazón.

Por Mauro Guzmán.