VOLVIERON LOS RAYOS DEL VERANO

Valentin y los Volcanes, regresaron de la mano de Muzgo y Los Songlines e hicieron de la noche algo inolvidable.

Y un día Valentín y los Volcanes volvió a Villa María, en realidad, a Villa Nueva. Regresó más grande que la última vez, con un crecimiento notable en estos tiempos y con un nuevo disco bajo el brazo titulado “Una comedia romántica”. Pero como si fuera poco, la noche fue más que eso, ya que primero estuvieron los shows de Los Songlines y Muzgo, músicos de nuestra ciudad.

La fecha estuvo compuesta por diferentes momentos musicales, ya que si bien las tres bandas responden a un estilo “indie”, este término engloba muchas formas distintas de hacer canciones.

Los Songlines comenzaron con la música en vivo con la enorme energía que los caracteriza, mostrando toda su versatilidad para moverse por diferentes terrenos sonoros. A simple vista parecen punk-rock, pero sería muy simplista sólo etiquetarlos de esa forma, ya que sus canciones tienen mucho del surfer-rock actual, hardcore, momentos experimentales y reggae. La banda volvió a dejar una excelente imagen, con una actitud de sobra, como vienen haciendo desde ya hace cinco años.

Luego vino Muzgo, el proyecto solista de Abel Ambrosini, que en esta ocasión estuvo acompañado por Memo Sequeira, cantante de la banda que abrió la noche. Abel en el bajo y Memo en guitarra es el dúo experimental más excéntrico y relajado de la ciudad. Desenfrenado, efusivo, como si se encontrara sólo en su pieza y frente al espejo, Abel canta y toca el bajo rabiosamente desinhibido. Sin batería y con distorsión, Muzgo se ubica en las bases fundacionales de la música “indie”, proveniente del punk, que nace exclusivamente para dar voz a cualquiera que tuviera algo para decir, demostrando que no hacía falta ser un virtuoso o académico de la música para expresarse a través de ella. Muchas veces dos tonos transmiten más que diez.

Más temprano que tarde Valentín y los Volcanes saltó al escenario, provocando que público se acercara tanto que casi estaba arriba con ellos. La ansiedad de dos años sin verlos estaba a punto de disiparse. Con una actitud sumamente tranquila, la banda abrió tocando uno de su nuevo disco “Una comedia romántica” y la gente estalló. El sonido se fue acomodando canción tras canción, así como el sentimiento eufórico de los presentes se fue incrementando más y más.

A los temas del disco nuevo le siguieron una catarata de hits espaciales, con la inconfundible y estremecedora voz de Jo Goyeneche, las agudas guitarras punzantes y la nueva incorporación de la banda, que vino a otorgarle un elemento clave para el crecimiento sonoro de los Volcanes, las teclas.

Fue una noche muy especial, una noche de reencuentro llena de emoción expresada en el canto eufórico de los estribillos, por parte de todos los que estábamos frente a la banda. Piel de gallina. La banda superó las expectativas, y el único pedido es que no nos hagan esperar tanto para volver a verlos.