UN FILÓSOFO ESTRELLA DE ROCK

Darío Sztajnszrajber llenó el Teatrino del Subnivel en el marco del "Villa María Vive y Siente".

Dario Sztajnszrajber se presentó en el Teatrino del Subnivel en el marco del Festival Vila María «Vive y Siente» con su obra de filosofía y música «Salir de la caverna«.Una hora y veinte minutos le bastó para plantar la semilla de la duda en cada una de las personas del público, ¿duda sobre qué?, sobre de todo.

A las 20:02 minutos salió al escenario, casi como si se tratara de una estrella de rock, con un teatrino colmado ovacionándolo. Si, un filósofo llenó tribunas en un espectáculo al aire libre. Pero no se trata de cualquier filósofo, sino de uno joven, poco convencional, desestructurado, divertido, simple y sin vueltas -si es que esto es posible en la filosofía- y con ganas de divulgar el saber filosófico, haciéndonos entender que filosofar no es más que hacerse preguntas.

Dario Sztajnszrajber ganó trascendencia gracias a su programa de filosofía «Mentira la verdad» emitido por la TV Pública entre los años 2011 y 2012, con una propuesta más que original para entender a diferentes filósofos de la historia. En este caso, también vino con una propuesta original bajo el brazo, mezclando música –más presisamente rock nacional- con filosofía, contando con una banda de rock y una cantante llamada Lucrecia Pinto con una voz tremenda .

En un marco realmente increíble, Darío comenzó a pensar en voz alta, sobre la filosofía, la vida, las estructuras externas e internas del ser humano, lo que nos ata, el acostumbramiento a estar atado, y, básicamente, el porqué de todas las cosas.

Las diferentes preguntas, muchas sin respuesta aparente, que se va haciendo y nos va haciendo, se van entrelazando con grandes canciones del rock nacional, elegidas no precisamente al azar, sino todo lo contrario. Las diferentes reflexiones y relatos resignifican las letras de estas canciones, generan verlas desde otro punto vista y entenderlas de un modo completamente nuevo. A su vez, revaloriza las enormes composiciones de músicos de nuestro país y expone la cantidad de significados que puede tener una canción, porque como expresó durante la obra “eso es lo lindo del arte, que es libre”.

Con una naturalidad y simplicidad admirable, mantuvo atento y en silencio a una gran cantidad de personas, interpelándolas constantemente, hasta bajándose del escenario para hablar con ellas, jugar con sus respuestas y, como siempre, profundizando un poco más, yendo más allá, preguntándose y preguntándonos, todo, todo el tiempo.

Esto hizo que el espectáculo sea muy divertido, además de introspectivo, y que, mezclado con la minuciosa selección de cada tema a interpretar, llegara a puntos muy altos de emoción, de manera constante y con mucha facilidad. Sin dudas, más allá de su espontaneidad y sus idas por las ramas del árbol de la filosofía, es notorio que el espectáculo cuenta con una gran preproducción, nada está puesto porque sí, todo genera algo distinto, y su conjunto resulta una combinación explosiva de emociones que estalla en tu interior, generando una sensación difícil de explicar, esa que va rebotando entre la angustia y la felicidad de manera constante, pero como él mismo comentó: “¿No les parece que las palabras nunca alcanzan para expresar todo lo que nos pasa por dentro?”.

Canciones como “El anillo del Capitán Beto”, de Luis Alberto Spinetta; “Corazón Delator” y “Prófugos” de Soda Stereo; “Reloj de Plastilina”, de Charly García; y “Vencedores Vencidos”, de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, fueron algunas de las que sonaron en la noche, siendo interpretadas de manera original y con una gran y bella voz de Lucrecia Pinto, siendo claves en cada desarrollo del filósofo.

Luego de esta obra, la semilla ya fue plantada, el shock ya fue generado, todos se fueron pensando, el objetivo fue cumplido. Lo que cada uno haga con eso, es otra historia. “Muchos de los que despiertan y se dan cuenta que estuvieron toda su vida encadenados, vuelven a ponerse las cadenas, por la seguridad de lo conocido y por el miedo a lo desconocido… ¿Ustedes que harían?” nos preguntó Darío.