COLUMNA DE TANGO – POR DÚO POR LA VIDA

Emiliano Kándico y Diego Gonzalez nos comparten su segunda entrega sobre tango.

Estimados lectores…

En esta segunda entrega haremos referencia a tres figuras, que cada una de ellas han marcado un sello en la historia del tango…

Comenzaremos en esta ocasión, desandando la historia de uno de los cantantes más admirados y queridos por la audiencia, y que ha sabido hacer grandes duplas con nuestra querida Virginia Luque, en aquel famoso programa televisivo de tango, Grandes Valores del Tango, que supiera conducir en un principio Hugo Del Carril, luego Juan Carlos Thorry, Tito Lusiardo y finalmente, y a quién más se asocia al programa, Sr. Silvio Soldán.

Estamos citando a Enrique Dumas (Enrique Rodríguez Acha), quien naciera en la Ciudad de La Plata, el 08 de mayo de 1935, y muriera en Jesús María, Córdoba, el 18 de enero de 2009.

Quien fuera recordado como uno de los más grandes cantores del tango, comenzó su carrera artística a los 14 años cantando jazz en la orquesta Dixieland, para debutar en 1955 en Radio Splendid con la orquesta típica de Carlos Figari.

En televisión argentina participó en varios programas, entre los que podemos citar “Esquina de Tango”, “La Familia Gesa” (junto a Virginia Luque), “El show de Antonio Prieto”, “Yo te canto Buenos Aires”, “Grandes Valores del Tango” y “La Botica del Ángel”. En la televisión uruguaya se presentó en los programas “Las noches del mercado”, “Galas de tango”, “Montevideo tango” y “Ciudad de tango”. También actuó en teatro junto a la destacada Olinda Bozán, en la obra teatral “La muchacha del centro” de Francisco Canaro (con José Marrone); en “Buenos Aires de seda y percal” con Mariano Mores, Susy Leiva, Nestor Fabián y Mirtha Legrand. En el Teatro General San Martín encarnó a Santo Vega en “La guitarra del Diablo”, y supo actuar junto a grandes figuras como Pepita Muñoz, Marcos Caplán, Libertad Lamarque, Aníbal Troilo, Héctor Gagliardi, Beba Bidart, Horacio Salgán y Ubaldo de Lío.

Cantor como pocos, ya que su estilo está asociado a una entrega interpretativa como pocas, ha dejado una interesante obra discográfica, y es a nuestro humilde entender, uno de los cantores más fieles a la hora de interpretar una obra, un tango.

La otra gran figura del tango a quien haremos homenaje en esta columna es, nada más y nada menos, que a Roberto Firpo (13 de mayo de 1884-14 de junio de 1969), quien fuera pianista, director de orquesta y compositor argentino.

La importancia significativa de Firpo en lo que hace a la historia del tango, se basa en el hecho de haber sido uno de los primero músicos en hacer evolucionar el tango desde sus formas primitivas y quien además, tuvo la claridad de imponer el piano en la orquesta típica tanguera. Recordemos que así como el bandoneón reemplazó a la flauta traversa, el piano hizo lo mismo con las guitarras, en una época en que la guitarra carecía del volumen suficiente y de la potencia rítmica necesaria, para las orquestas que comenzaran a ser más requeridas en los bailes.

Su debut fue con un trío que integró, con el que tocaron en el famoso recinto “Lo de Hansen”, uno de los lugares de tango clásicos, que se ubicaba dentro de lo que hoy son Los parques de Palermo en la Ciudad de Buenos Aires. Además estrenó en el café La Giralda (de Montevideo), “La Cumparsita”, del uruguayo Gerardo Hernán Matos Rodríguez; siendo Firpo quien realizó la grabación más antigua del tango.

Entre sus logros como compositor podemos destacar “Alma de Bohemio”, “Sentimiento criollo”, “Argañaraz” y “Fuegos artificiales” (con Eduardo Arolas), entre otros.

Aguardando que el camino que juntos estamos transitando en la historia de nuestro Tango, ese que nos identifica ante el mundo, sea de un gran placer para su paladar; concluimos la entrega de esta semana con otro grande, hijo de grandes, el Sr. Alfredo Gobbi.

Hijo de “Los Gobbi” o “Los Reyes del Gramófono”, nació en París un 14 de mayo de 1912, en plena gira de sus padres por aquella ciudad, y muere en Buenos Aires el 21 de mayo de 1965. Fue violinista (llamado “el violín romántico del tango”), pianista, director de orquesta y compositor de tangos.

Contando como padrino de bautismo a Ángel Villoldo, debuto en un bar del barrio Chacarita a los 13 años junto a su amigo Orlando Goñi y el bandoneonista Domingo Triguero. Posteriormente pasó por las orquestas de Juan Maglio Pacho, de Roberto Firpo, Anselmo Aieta, hasta formar un sexteto integrado por Aníbal Troilo, entre otros. Luego vendría el dúo con Osvaldo Pugliese, y la orquesta de Pedro Laurenz.

Si bien inicialmente demostraba un estilo más cercano a Carlos Di Sarli, terminó inclinándose por la línea de Julio de Caro. Recordemos que la línea Decareana (por Julio de Caro) fue seguida por Laurenz, Troilo y Pugliese; mientras que Di Sarli, continuaba la línea Fresedeana (por Osvaldo Fresedo).

Como compositor nos dejó obras tales “Perro fiel”, “Desvelo”, “Mi paloma”, De punta y hacha”, “Cavilando” y “El andariego” en homenaje a su padre.

Queridos lectores, esto ha sido todo hasta hoy; deseando les los mejores augurios siempre, nos despedimos hasta la próxima semana…!!!

Dúo por la vida Tango.