COLUMNA DE TANGO POR DÚO POR LA VIDA

Emiliano Kándico y Diego Gonzalez comparten la primer entrega de este nuevo espacio dedicado al Tango.

Estimados lectores de Revista WAM

Nosotros, Dúo por la vida Tango, tenemos el inmenso agrado a partir de esta primera columna, de comenzar un diálogo con ustedes, vistiendo como excusa desandar los caminos de los grandes del Tango, tanto a nivel Nacional, como Regional y desde ya de nuestra querida ciudad, escenario y testigo de exquisitas manifestaciones tangueras.

A partir de este instante, los invitamos a sumergirnos en un mundo verdaderamente mágico… tan sutil y sublime, como el simple hecho de que el Tango sea considerado a nivel mundial como una de las manifestaciones folklóricas más refinada, profunda y elevada en lo que hace a música, poesía y danza, por citar alguna de sus disciplinas.

En esta ocasión comenzaremos con Paquita Bernardo, apodada “La Flor de Villa Crespo”, nacida un 1° de mayo de 1900, y quien tuvo la audacia, en una época bastante compleja para la mujer, de plasmar un sello en la historia del Tango… el de ser la primera bandoneonista, además de compositora de tangos. En 1915 sus padres la enviaron a estudiar piano al conservatorio de la profesora Catalina Torres; allí conoció al joven José Servidio (posteriormente autor del famoso tango “El bulín de la calle Ayacucho”), y con él, el bandoneón. Luego de convencer a sus padres para que le permitieran abordar ese nuevo instrumento (convengamos que en esa época no era bien visto que una señorita de buena conducta se la viera abrir y cerrar las piernas para ejecutar el bandoneón), recibió las enseñanzas de Pedro Maffia.

Porteña de pura cepa debutó en 1921 en el afamado bar “Domínguez” de la antigua calle Corrientes en C.A.B.A (donde fue contratado por 600 pesos mensuales, cifra importante por aquel momento), en la “Orquesta Paquita” integrada por jóvenes como por ejemplo Osvaldo Pugliese al piano. Además de haber actuado en la inauguración de “Radio Cultura”, llego a componer varias piezas musicales, entre las que aún se recuerdan “Floreal” (grabada por Juan Carlos Cobián), “Villa Crespo”, “Soñando” y “La Enmascarada” que fue grabado por Gardel y también por Firpo, entre otras. Murió muy joven, a los 25 años, un 14 de abril de 1925.

Un año antes que se fuera de gira Paquita… nace un 3 de mayo de 1924, en Zárate (Pcia. De Bs. As.) uno de los músicos más prolíferos y respetados de nuestro Tango: Virgilio Hugo Expósito. Junto a su hermano Homero, dieron vida a inolvidables tangos como “Naranjo en flor” y “Chau no va más”, por solo citar algunos… Además fueron grandes compositores en otros estilos musicales, como por ejemplo el bolero “Vete de mí”. Ya a sus 16 años formó una orquesta típica de tango y a los 18 formó una orquesta de jazz.

Para 1945, radicado en Buenos Aires, fue nombrado director de la Orquesta de Radio Splendid. En los años sesenta se fue 8 años a vivir a Brasil, donde trabajó para la RCA Victor y grabó dirigiendo una orquesta con Neil Sedaka y Paul Anka cantando en español. Entre sus alumnos se cuentan Juan Carlo Baglietto, acercándose así a trabajos con músicos del rock argentino como Litto Nebbia, Andrés Calamaro y Charly García.

Desde ya no podemos dejar de citar que el 07 de mayo de 1883 nació Evaristo Carriego, en la Ciudad de Paraná (Entre Ríos); cantor del suburbio cuyas poesías inspiraron más de un tango. De familia de largo arraigo en Entre Ríos, era descendiente del sevillano Hernán Mejía de Miralba (El Bravo), que curiosamente fue uno de los fundadores de la ciudad de “El Barco”, que luego tomó el nombre de Santiago del Estero.

Durante su niñez se trasladó junto a su familia al barrio de Palermo (recordemos barrio de compadritos) en la ciudad de Buenos Aires. Sin grandes ambiciones, publica su primer libro de poemas, “Misas herejes”, en 1908 (en ese mismo año se inaugura el Teatro Colón, con la Opera Aida de Giuseppe Verdi). Luego vienen “El alma del suburbio, y La canción del barrio”, los cuales constituirán la mitología porteña tanguera (guapos, cafés, el barrio, etc.). Con la simpleza con vino al mundo decide partir del mismo a los 29 años, el 13 de octubre de 1912.

Ya que estamos citando nacimientos en el siglo XIX, sería un pecado mayor dejar de nombrar, el nacimiento un 05 de mayo de 1893 de Ivo Pelay, hombre de teatro, letrista de muchos de los tangos más emblemáticos de nuestra historia y periodista oriundo de la ciudad de La Plata.
Prolífico autor de teatro (sainetes, comedia, dramas, musicales y revistas) su obra debut fue estrenada en el Teatro Nacional el 07 de julio de 1911. En lo que hace a poeta del tango, logró la mayor cantidad de éxitos junto a Francisco Canaro como por ejemplo: “Se dice de mí”, “¿Dónde hay un mango?” y también del tango más escuchado en el mundo, y en conjunto estos dos con Mariano Mores: “Adiós pampa mía”.

Trabajó en el diario Crítica y además de haber colaborado en revistas, también se desempeñó en cine, dirigiendo en 1938 “El diablo con faldas” donde actuó el gran Florencio Parravicini. Fallece en Buenos Aires el 28 de agosto de 1959.

Y en este humilde homenaje a aquellos que vieron la luz en el siglo XIX, un 05 de mayo pero de 1897, nació en Buenos Aires Osvaldo Nicolás Fresedo; bandoneonista, director de orquesta y compositor de éxitos; conocido también como “El pibe de La Paternal”. Desde muy pequeño aprendió a pulsar el bandoneón y siendo aún un adolescente integró varias de las más conocidas orquestas de la Guardia Vieja.

En 1920 viajó a Estados Unidos y a su regreso a Buenos Aires formó su primera orquesta demostrando aún en ese comienzo su maestría en caracterizar a su orquesta de un verdadero alarde de elegancia. De hecho, junto a Julio de Caro y Juan Carlos Cobián, quienes renovaron el tango a principios de 1920. Ellos y otros jóvenes músicos más, y sobre una base mejorada de nivel técnico, supieron imponer un estilo musicalmente más depurado que caracterizó al tango de la guardia nueva.

Habiendo sido uno de los primeros artistas en grabar en stereo, supo adaptarse a los cambios evolutivos del tango dirigiendo hasta su retiro en 1980. Entre sus obras más recordadas se encuentran “Vida mía”, “Como una princesa” e “Isla de Capri” entre otras.

Estimados lectores, brindando por este primer encuentro, nos despedimos hasta la semana que viene; con gran alegría les deseamos los mejores augurios siempre!!!

Dúo por la vida Tango.