UN SHOW PARA SALTAR DE LA BUTACA

El Koko MC y La Big Selecta tuvieron su noche soñada en lo más alto del Teatro Sarmiento.

En la sucesión interminable del tiempo, donde un segundo antecede a otro, y a otro de manera irrefrenable, una multitud de hechos ocurren de manera simultanea y constante, de los cuales sólo es posible formar parte de uno a la vez, es decir, en un mismo instante. Tal es así que, ya sea en una misma cuadra o en la otra parte del mundo, la simultanea realidad se nos escapa de las manos y millones de cosas suceden al mismo tiempo, tanto que mientras yo escribo y ustedes leen, alguien nace y alguien muere, alguien ríe y alguien llora, alguien busca cambiar el mundo mientras otro busca cambiar de canal.

Eso es lo que voy pensando mientras nos dirigimos hacia el Teatro Sarmiento, observando cómo una enorme cantidad de personas «hacen sus cosas» sin tener la menor idea de quien es Koko MC ni los Chakras Crew o qué es Fango Creativo, y quizás ni sospechan que en lo más alto de un banco -que seguramente sí conocen- existe una sala de teatro independiente que le abre sus puertas a la música hecha a pulmón.

Música que no es sólo música, es rap con estilo funk llevado a un teatro, es un grupo humano que cree ciegamente en la música y en su poder renovador tanto para crearla como para contemplarla. Es un artista que crea de la nada obras de arte para regalar, es un equipo audiovisual que registra todo de la manera más profesionalmente posible, es un grupo de amigos con una marca de cerveza artesanal, es el sonido perfecto, son las luces y las visuales en vivo, es la predisposición de un lugar, es el público: todas esas personas que eligieron vivir este acontecimiento en particular, de la cantidad infinita de lugares en los que podrían estar en ese preciso momento, eligieron llenar el Teatro para hacer de este suceso algo aún más grande.

Llegamos puntual, lo que quiere decir sumamente temprano, y esto nos permitió apreciar algunos detalles del detrás de escena. Por ejemplo, ver a la estrella de la noche, Manuel Cabrera, más conocido como «coco» y profesionalmente Koko MC, preparando la mesa de los canapés y ayudando a cargar los barriles de cerveza, prestando atención a cada detalle para agasajar de la mejor manera a su preciado público. No hay momento de relax, no hay descanso ni asistentes que se encarguen de todo, no hay tiempo que perder si se busca que todo sea perfecto.

Entramos al lugar de recepción y nos encontramos con lo que parecía ser una fiesta flour de los suburbios o una especie de colorida y fluorescente casa del terror. Fango Creativo, proyecto artístico de Milton Martinez, estuvo a cargo de la ambientación de este espacio, en el que desarrolló un concepto que se podría definir como arte reutilizable y efímero, ya que, como lo viene haciendo desde hace tiempo, se basa en materiales desechados y creados con otra finalidad para convertirlas en obras de arte.

En este caso, se trató de bolsas de nylon y de plástico de todo tipo, intervenidas con cintas scotch de diferentes colores y pinturas fluor, sumando luces estilo navideñas y una luz negra para transformar la habitación y ofrecer una experiencia diferente y visualmente entretenida, dejando su huella en el evento con un marcado estilo personal. Además, regaló todas las obras al público interesado en adquirirlas.

La gente fue llegando y poco a poco se familiarizó con el lugar, estableció contacto directo con la intervención artística y, de hecho, se llevó casi todas las piezas a sus hogares. Lentamente se fue conformando este sub-mundo que sí conoce a MC Koko y que valora su trabajo y a toda su crew conformada por músicos de lo mejor de Villa María -sin ninguna duda- que elevan su rap a niveles estratosféricos.

Pop Joni se presentó en la habitación con su guitarra criolla, y sin ningún tipo de amplificación de sonido, comenzó a tirar al viento sus canciones. Con un poco de rap, free style y algunas notas de su guitarra, dio inicio musical a lo que sería una gran noche.

Luego se dio paso al teatro, donde cien butacas, un escenario lleno de instrumentos y cámaras de video por todos lados, esperaban ansiosos que el público encontrara su lugar para que comenzará el show. Los Chakras Crew rompieron el hielo y volvieron a demostrar que pueden estar a la altura de un show de tamaña envergadura, con un nivel de producción muy alto.

Dos personas arriba del escenario y una pista electrónica sonando de fondo, bastaron para llegar y provocar al público presente. De manera frontal y simple los Chrakras disparan sus vivencias en forma de rap, experiencias tan oscuras como personales que encuentran desahogo en las rimas y refugio en el escenario. Su rap espiritual, como ellos lo llaman, suena a furia interna, plantándose ante quien sea para librar una batalla discursiva con sus palabras como únicas armas, sabiendo que pegan duro donde otros no pueden o no saben pegar.

Finalmente, llegó el momento esperado por todos, una noche que nadie olvidará y que sus protagonistas colgarán en un cuadro en el mejor lugar de sus corazones. Desde el principio hasta el final se vio a un Koko extremadamente emocionado, expresando la importancia del evento y de que el público se haya hecho presente: «sin ustedes nada de esto tendría sentido» dijo en varios momentos de la noche con voz cuasi quebrada. Sentido por un lado pero no menos furioso por otro, brindó un show cargado de energía, emoción, talento y virtuosismo, con una Big Selecta sonando con una prolijidad verdaderamente admirable.

El show fue extraordinario, un raper de carpeta en un teatro lleno, con un sonido de primer nivel, siendo grabado a cuatro cámaras por Marcos Mosello y su equipo y con unas visuales novedosas que contaron con 8 pantallas de led ubicadas a lo ancho del escenario, a través de las cuales Sebastían Perotti alias Metaplasma hizo psicodelicamente de las suyas.

En la voz el Koko no estuvo sólo, al lado suyo en todo momento se encontró Juan Poquito (Gudiño) reforzando pasajes discursivos, al igual que Federico Lattanzi haciendo los coros desde la batería. El ambiente se vio invadido por una atmósfera sumamente intimista y emocionante, con el escenario que parecía estar cada vez más cerca y el Koko MC cada vez más grande, volviéndose un gigante con mucho que decir, saltando y vociferando frente a la gente maravillada por semejante espectáculo.

La Big Selecta, por su parte, es el equipo perfecto que hace lucir al 10 y que se vio reforzada por violines, viola, saxofón y flauta traversa, haciendo aún todo más fantástico. Un verdadero dream team acompañó al Mc en su noche, un sueño hecho realidad para el raper más dedicado, creativo y prolifero de este sub-mundo y sus alrededores.

Manuel Cabrera te habla de amor, escribe tomando mates en la cocina, canta mientras camina, habla de sus principios y su respeto por la música, de pérdidas y triunfos, de sus buenos y malos momentos y expone su interior con una simpleza, facilidad y estilo que eriza la piel. Y, al mismo tiempo libra una batalla cultural sobre la libertad musical y artística, desde lo más profundo del interior del país y desde lo más alto del Teatro Sarmiento.

Si de algo estamos seguros es que llegará mucho más alto que eso.