ONDA VAGA EXPANSIVA

La banda argentino-uruguaya pasó por Villa María luego de 4 años de ausencia y esta es nuestra cobertura.

Onda Vaga volvió a Villa María luego de cuatro años e hizo explotar el Salón Dorado, donde más de 400 personas fueron partícipes activas de un impecable show de la banda. La música popular llegó a su máxima expresión en una noche donde confluyeron el folclore, la cumbia psicodélica, el rock y el pop envueltos por un aura de sentimiento  latinoamericano.

La peña de Madre Chicha”, como fue llamado el evento, se sintió realmente de esa forma, una peña donde se conformó una especie de comunidad amigable y pacífica, dispuesta a dejarse fluir por las sonoridades que bajaban desde el escenario, o en su defecto, desde la cabina de djs.

Pasada la una de la mañana el lugar ya se encontraba casi en su máxima capacidad, la crueldad del frío nocturno pre-invierno no tenía lugar en este refugio musical, donde todos se reunían a bailar alrededor del escenario, como si se tratara un ritual místico girando frente a una gran fogata.

Luego del folclore con tintes rockeros de Fer Cheein y su banda Manca Sala, saltaron al escenario los cada vez más afilados y certeros integrantes de Madre Chicha, sin dudas la banda del momento por estos pagos. Las palabras sobran para todos aquellos que hayan tenido la posibilidad de ver y escuchar en vivo a esta banda villamariense, -este último calificativo es sólo un decir ya que sus procedencias van desde La Pampa hasta Perú- pero vale destacar el crecimiento sonoro en sus presentaciones y la consolidación de sus canciones sumamente coreadas durante todo el show.

Si bien es cierto que Madre Chicha no deja de mutar constantemente, parece haber encontrado su mejor forma en lo que respecta a sus recitales en vivo. Habiendo dejado de lado las tumbadoras y bombos, que muchas veces sus dos frontman tocaban o en su defecto percusionistas amigos, ahora se los pudo ver más sueltos copando el escenario enérgica y ferozmente. Keytar y multipad son los nuevos instrumentos de Pedro y Fausto, respondiendo quizás al último viraje de la banda hacia un sonido mucho más electrónico y digital.

Sonaron a banda consolidada, segura del camino recorrido y por recorrer, conscientes de su crecimiento y preparados para todo lo que se viene, donde se puede visibilizar escenarios cada vez más grandes.

Onda Vaga subió al escenario pasadas las dos y media de la mañana, listos para sumar sus leños al fuego que a esa altura ya se encontraba enorme y desafiante. Con una ráfaga de canciones de su último disco, «OV IV«, comenzaron a movilizar un Salón Dorado colmado que coreaba sus letras como si ya se tratara de clásicos de la banda.

Si siguiéramos con la analogía del ritual místico frente a un gran fuego, deberíamos decir que ese fue el momento en que todos entraron en trance, las energías sonoras se apoderaron tanto del público como de sus mismos intérpretes. No resulta muy descabellado la comparación si uno pudiera abstraerse y mirarlo desde afuera, ya que la conexión que se da en este tipo de recitales es mágica, con la música actuando de nexo invisible como si de una fuerza sobrenatural se tratara.

Si bien el lugar explotó ni bien los Onda Vaga aparecieron en el escenario, el recital se desarrolló de manera ascendente, alimentado por las canciones y su repercusión en el público presente. Temas como “Maga” (con el cuál abrieron), “En el barrio”, “Será que estás ahí” y “despedida”, funcionaron de manera perfecta como carta de presentación de todo lo nuevo, una actualización del sonido que de ninguna manera hace peligrar su esencia, sino que la potencia y demuestra una búsqueda evolutiva que va más allá de algún estilo preestablecido.

En la segunda parte del show, más llegando al final, claro que llegaron todos los clásicos de la banda, esos que la llevó a ocupar el lugar de importancia que tienen hoy dentro de la música de nuestro país y fuera de él también. A partir de allí el fuego se convirtió en un incendio, los coros de la gente en el crepitar de las ramas ardiendo y la música en vivo en el viento fuerte que avivaba más y más las enormes llamas.

Todo ardió y fue una verdadera fiesta, la llama sigue encendida esperando alguna buena excusa para volver a arder.

Les dejamos a continuación el registro fotográfico realizado por Vanesa Ardiles y Rodrigo Alvarez, WAM:


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From Onda Vaga + Madre Chicha en Villa María. Posted by WAM on 6/12/2017 (37 items)

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