Estuvimos presentes en el show de la rockera argentina en Studio Theater. Por Ayelén Zucotti.

Lluvia dominguera cae mientras una fila comienza a armarse a la espera de entrar. Una fila con calma y ansiedad suficiente para la circunstancia. Cervezas en una previa improvisada en la vereda empiezan a bajarse al abrir las puertas.

Ya dentro de la sala de Studio Theater el espacio comenzó a reducirse y el paisaje fue copado por lxs fans. Muchas mujeres. Mujeres calmas, conversando en banda. Bailando la música que sonaba, que en su mayoría eran voces femeninas. Aunque parezca apenas una descripción de la atmósfera, era verdaderamente un hecho real que se enciende cuando comienza a sonar Panorámica, dúo femenino de batería y bajo que comienza con sonoridades un tanto experimental pero que instantáneamente elevó a power imposible para mantener la calma. Las pibas comenzaron a poguear y ya no hubo vuelta atrás.

Se prepara el escenario para recibir a Marilina y la espera aumenta la adrenalina hasta que un baño de luces blancas se encienden prendiendo fuego todx. Ella, vestida con un enterizo rojo acharolado (?) supo guiar la mirada de cada unx. Todo pensado. Absolutamente.
Los arreglos del vivo con aportes sutiles y diferentes al disco, convertían cada canción en la misma y una nueva al mismo tiempo. Cada momento fue pensado. Cada detalle. Pero por sobre todo cada atmósfera, cada conexión con lxs pibes y pibas.

Comienza a sonar O no? y entonces el pogo fue de las pibas. Otro detalle de la atmósfera? no, nuevamente un hecho real.
Marilina es un hecho real, que transforma las atmósferas del rock, que enciende las pibas e invita a repensar todo eso que está preestablecido. Invita a Prender un Fuego!

Y entonces nada de lo que venía sucediendo, sucede con ella. Que es mucho más que música, y que claramente es un manifiesto de este hoy. Pero por sobre todo, de lo que está por venir.

Por Ayelén Zucotti.
Foto por Fans Cba.