UN MUSEO POSIBLE

La nueva directora del Museo Municipal Fernando Bonfiglioli, Analía Godoy escribe sobre los nuevos desafíos y problemáticas que se plantean para este año.

 

¿Y si nos permitimos pensar un museo atractivo?
Es imposible no recordar la historia en la que hace dos años atrás, al sugerirle a un director de escuela que lleve a sus alumnos al museo de Arte de la Ciudad, su respuesta fuera: “pero yo no quiero que mis alumnos se aburran” el Museo en el 2016 se toma revancha y te anima a pensarlo de otra manera.

El Museo municipal de bellas Artes Fernando Bonfiglioli es una institución de casi 50 años, que tiene una valiosa colección de cerca de 300 obras. De manera más o menos silenciosa se mantuvo en la ciudad, hoy quiere florecer, ser parte de la vida cultural y conquistar la mirada positiva de nuevos públicos.
Es fundamental trabajar pensando en su naturaleza. Entonces nos preguntamos: ¿qué es un museo? ¿Cuál es su naturaleza?
Los Museos surgen en la historia como espacios de educación, dedicados a conservar y difundir la cultura y el patrimonio de la humanidad. Si bien en sus comienzos se desarrollaron como lugares de las propias elites, a partir del siglo XVIII estas instituciones se vuelven hacia un público más amplio. El origen del museo se vincula con la idea de mostrar y sociabilizar lo que estaba guardado. Resulta una paradoja entonces que ese origen quede olvidado.

Los museos son espacios orientados a un público diverso, complejo y heterogéneo. Es una de las instituciones que, ubicado dentro de la estructura de educación no formal, busca complementar al sistema educativo a través de una instancia de enseñanza diferente, basadas en herramientas y estrategias alternativas. Existe la necesidad de articular con diferentes instituciones, generar lazos y redes que permitan construir un ámbito de aprendizaje basado en la educación por el arte, que no podrá nunca ser aburrido.
Junto a esta cuestión, es además un desafío fortalecer las funciones de investigación, conservación, exhibición y comunicación.

Una de las principales dificultades que se plantea a la hora de pensar este espacio dentro de sociedades contemporáneas, es la de remover los vestigios elitistas que lo caracterizaron en sus orígenes. Hay que remarcar el carácter abierto, público y didáctico del museo y desmantelar la imagen de este espacio como un lugar para eruditos, intelectuales o artistas, destinado a unos pocos. Es necesario romper con la idea del museo como un lugar para la alta cultura.
Un museo abierto nos permite pensar un lugar para todos y nos ubica en un terreno específico desde donde gestionar cultura. Pensamos al Museo Municipal de Bellas Artes Fernando Bonfiglioli como un lugar para ser vivido.

Dependiendo de la secretaria de gobierno y vínculos comunitarios y la subsecretaria de cultura, el Museo hoy se toma revancha.