PENSANDO EN VOZ ALTA #2: LA INVASIÓN COMO PRÁCTICA SOCIAL

Vaciamiento estatal, crisis económica y de salud pública. ¿Cómo dialoga el Proyecto de IVE con este contexto?

La invasión como práctica social

 La sociedad actual es sumamente compleja. El avance vertiginoso del capitalismo sobre nuestras vidas produce cambios abruptos en la manera en que tenemos de concebir las relaciones humanas. Somos mercancías: nuestrxs cuerpxs, nuestrxs deseos, nuestrxs decisiones están guiadas por los intereses de grupos de poder que juegan a diseñarnos en la era de la virtualidad y los algoritmos. Si este es el estado de cosas presente, nos preguntamos: ¿Existe el libre albedrío?  ¿Decidimos? ¿Hay opciones?

Un año atrás, el debate acerca de la legalización del aborto se masificó y cobró importancia mediática. El proyecto de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) alcanzó el Congreso y, tanto a favor o en contra, la conversación sobre aborto interpeló a todxs lxs argentinxs e incluso tuvo relevancia internacional. A pesar de los esfuerzos desmedidos y el empuje que aportó el movimiento feminista a la lucha por la legalización,  el aborto continúa realizándose en contextos de clandestinidad. Hace dos meses Amalia Granata, defensora del aborto clandestino, se consolidó como Diputada Nacional. ¿Qué nos dice esto? ¿Quiénes son realmente los provida?

Argentina 2019: tierra de vaciamiento estatal, de endeudamiento con el FMI, de alianzas electorales, de crisis económica, de una salud pública decadente, de precarización laboral, de emergencia cultural, de pobreza y hambre, de avance del neoliberalismo en Latinoamérica y de las políticas fascistas, ¿Cómo el proyecto del IVE dialoga con este contexto?

Asumimos que el campo de la reproducción sólo alcanza lxs  cuerpxs gestantes, desplazando y desligando los cuerpos no-gestantes  de su responsabilidad sociopolítica. Los varones cis[1] aparecen entonces enajenados de su rol social y político. A pesar de que esta situación se repitió a lo de largo de la historia, el embarazo no puede desarrollarse sin su aporte. ¿Cómo escapar de la cultura desigual con la que lxs cuerpxs gestantes cargan? Los artefactos y medicinas que introducimos en nuestrxs cuerpxs para evitar la reproducción invaden nuestra subjetividad,  de modo que la decisión sobre la maternidad  se vuelve ilusoria. Los caminos alternativos se diluyen (o se nos obliga a diluirlos)  como opciones de existencia. Estamos parados sobre un terreno infranqueable que nos conduce a pensarnos alienadamente acerca de la reproducción; tenemos vínculos violentos con  la salud, la medicalización y los dispositivos con los que tratamos la reproducción y lo hemos naturalizado.

Bajo este contexto de opresión, la maternidad deseada debe reescribirse. Las elecciones se constituyen como el campo de batalla que tenemos que reivindicar a partir de la acción simbólica y colectiva de re-pensarnos -considerando que la elección es dar cuenta de las opciones vigentes sobre la mesa de juego-. Una visión consciente de este panorama nos permitirá hablar de decisiones sobre nuestrx cuerpx, la maternidad o de vidas disidentes más dignas y no al borde de la supervivencia. Sin embargo, la pregunta acerca de quiénes podemos ser conscientes en tiempos de posverdad[2] aparece en primer plano. Pensamos en lo difícil que es desterrarnos de esta piel, construida desde fronteras ajenas. Nuestra existencia sigue siendo territorio de colonización y no lo dudemos. Nos dicen que gozamos de privilegios que la salud pública nos brinda para no procrear ¿Cuáles son realmente esos beneficios y quiénes los alcanzan? ¿Cuál es nuestra soberanía? Debemos reclamar nuestro lugar en este mundo y en esta sociedad, debemos dejar de ir en contra de nosotrxs mismxs utilizando herramientas prestadas. La fortaleza de la libertad vendrá desde nuestra formación como sujetxs políticos y de las redes de contención, no sólo de una ley que nos permitan. Los detractores de la legalización del aborto están molestxs con la autonomía de lxs cuerpxs, con la presencia de la decisión, no con “salvar o preservar” la vida. No están dispuestos a liberar los vientres de su rol de mecanismo de reproducción ni a emancipar lxs cuerpxs de sus redes. Crecimos con la imagen de maternidad romántica, de la familia tradicional patriarcal hetero-normativa; en una educación cristiana que hipostasia la vida como valor supremo, ¿Cómo rompemos con estos mandatos? ¿Qué cuerpxs somos si no gestamos?

Entre tanto debate, continúan pibxs muriendo por abortos clandestinos.

Por: Rocío Ponce y Victoria Russo.

 


[1] En el contexto de los estudios de género, cisgénero (cis) describe la concordancia entre el género, tal y como es entendido en sociología, y el sexo biológico.

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Cisg%C3%A9nero

[2] Posverdad​ o mentira emotiva es un neologismo que describe la distorsión deliberada de una realidad, con el fin de crear y modelar la opinión pública e influir en las actitudes sociales, en la que los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales.

Fuente:  https://es.wikipedia.org/wiki/Posverdad