LA NUEVA GENERACIÓN DEL POP MARCA EL CAMINO

Estuvimos presentes en el show de Barco, Hipnótica, Bandalos Chinos y Valdes. Cobertura por Ruby.

Andábamos con ganas de bailar, y no nos equivocamos al elegir a donde ir. La Nueva Generación, ya nos viene acostumbrando a este tipo de shows, donde la diversión es garantía. La propuesta de la productora fue reunir a cuatro de las bandas más influyentes en la escena del nuevo rock y pop nacional, para despedir sus últimos trabajos discográficos, en un único escenario, el de Club Paraguay (ciudad de Córdoba).

Cuatro bandas que convocan a un público similar, juvenil, enérgico, con todo el espíritu de viernes a la noche, listos y decididos a sacar el máximo provecho de lo que está por ocurrir. La noche comienza con el dúo Hipnótica (Cba) en escena, acompañados de batería, bajo y guitarra y luciendo temas de Ese lugar Imaginario (Discos del Bosque, 2015). El beat obliga a moverse, y la concurrencia empieza a entrar en calor. Suena Mi nombre de su álbum anterior, y ya estamos todos saltando.

No demoran en subir los chicos de Barco (Bs. As.) con toda su energía y ganas de tocar sus temas de Era es será (2016), recientemente nominado a  Mejor Disco Grupo Pop en los Premios Gardel. Un disco cuya expresión reivindica el sonido bailable de los 80, que deja entrever la presencia de exponentes locales como Soda Estéreo y Charly García, en su ADN.

Les siguen Bandalos Chinos, banda oriunda de Béccar (Bs. As.), quienes suben de un salto al escenario, y con espíritu provocador, desafían a la multitud a no dejar de moverse con los sonidos electropop de “En el aire” (2016), que en cada vuelta suenan mejor. Lo manifiestan también, presentando algunos temas nuevos de su próximo disco, con toda ansiedad.

Coronan la noche, los hermanos Valdes (Cba), con su disco homónimo, de sonidos más houseros. Desde abajo de las tablas, la masa delirante ovaciona al dúo anhelando que el show no termine, siguiendo con la vista fija al escenario, el swing estimulador del cantante.

Dentro del Club, no se generó otra cosa más que un clima acogedor, amistoso y cómodo, entre bandas y espectadores. Todo fue diversión, alegría y goce. Desde el escenario ofreciendo arte y talento con todas las ganas, hacia un público completamente satisfecho y feliz sin cesar de aclamar a los artistas.

Fue una fiesta de festejo a la música que nos mueve, nos atrae y nos hace bien, por eso la elegimos. Ahora los dejamos trabajar tranquilos en sus proyectos nuevos, esperando escucharlos pronto.

Por Ruby.