JESUSA Y EL MAIZ

Nota por Agustín Druetta

Una vez al año Liliana Felipe viene desde México para visitarnos. No viaja por nosotros sino para ver a su familia, pero a los de la radio nos gusta esperarla como si fuéramos un tío jodido que se enoja si no pasa a saludar. En el itinerario dice “Entrevista con La Felipe”, pero yo se que siempre terminamos charlando más con su compañera Jesusa Rodriguez que con ella (intuyo que Liliana también lo prefiere así).

Acaban de llegar de un paseo por la costanera y están soprendidas por las consecuencias de la última creciente; entonces alguien pregunta sobre los porqués del asunto y nos ponemos a conversar sobre las lluvias; sobre los desmontes; el cambio climático y la explotación del suelo; los cultivos transgénicos y el capitalismo salvaje; América latina y la mar en coche. Jesusa está en silencio, sentada frente al micrófono, pero será cuestión de tiempo hasta que tome la palabra y nos cuente, con su acento a ranchera mexicana, sobre el sentido, el significado y la problemática del cultivo del maíz en México.

JR: La gente no lo sabe pero el maíz no existía cuando los mexicanos recién poblaron mezoamérica. Existía una cosa que llamamos teocintle que es
parecida pero todavía no hace la mazorca, es apenas una plantita incipiente, salvaje. Gracias a cincomil años de ensayo y error de nuestros abuelos, los mexicanos logramos crear el maíz. Tal es así que, si te fijas, el maíz, sin la mano humana, no se reproduce: tu tienes que sembrar los granos de maíz para que vuelva a crecer. De modo que si lo piensas así, el maíz es una creación humana, viene de la mano de la naturaleza, pero es una obra, y casi te podría decir que es una creación artística y cultural de México.

Nuestras tradiciones, nuestros mitos, cuentan que los mexicanos estamos hechos de maíz; es nuesra sangre, nuestra carne, y es la primera gracia divina. Para mexico el maíz es la cultura. Si Monsanto logra hacer la siembra transgénica comercial masiva (…) corremos el riesgo de que se acabe la diversidad de maíz de méxico, que arrasen con todo, y entonces sabemos que, no solo se acaban los mexicanos, también se acaba la humanidad. Eso es lo que nos dejaron dicho nuestros ancestros en el Popol Vuh: el día que se acabe esto se acaba la humanidad entera.

Hace unos tres años se tuvieron que abandonar cienmil hectareas: cincuentamil en EEUU y cincuentamil en Canadá, porque el Amaranto Inca sufrió
una modificacion natural (que los científicos transgénicos dijeron que nunca iba a suceder). Eso que nunca iba a poder pasar pasó; la naturaleza mutó
ese amaranto y lo convirtió en resistente al glifosato. El amaranto comenzó a crecer en los campos de maíz, y entonces los abandonaron, porque les cuesta mas caro quitar el amaranto que recuperar el maíz. El amaranto es la proteína mas extraordinaria que hay pero ellos no tienen mercado para venderla. Si fuera por el hambre sería una bendición para Monsanto que se les llenen sus campos de amaranto, porque entonces le darían de comer a la humanidad entera. Pero tan no es así que abandonaron los campos y llamaron al amaranto una plaga nociva. Eso te demuestra que lo que menos les interesa es el hambre de la humanidad; es una gran mentira que los transgénicos sirvan para abastecer a las ciudades, eso ya se cayó hace años, es un negocio vil.

De ninguna manera el maíz transgénico es mejor para el cultivo. Se cultiva aquí o en los Estados Unidos porque su terreno es muy plano, pero el transgénico no te da mas producción que el maíz natural criollo; no te da mas nutrición; y además te convierte en un monocultivo y en un solo tipo de maíz. México es el país que inventó el maíz (…), esa es la herencia de México al mundo. Nosotros tenemos 250 variedades de maíz; Monsanto tiene una sola y todo se va a convertir en esa variedad, esto acabaría con toda la diversidad de nuestra cultura. Para México Monsanto es la mas
grande amenaza a nuestra cultura que hemos tenido nunca, entonces tenemos que luchar contra ellos con todo lo que podamos.

Después la entrevista ponemos “Milonguta”, que es una canción de Liliana, quizás la mas triste. Nos despedimos y ella dice: -“Racismo, sexismo y
especismo. Esos son los tres males”, como si aquel fuera el eje de todo el asunto, pero se ha olvidado de mencionarlo al aire. Y cierra: -“Yo les dejo de tarea para el próximo año que se metan a internet y busquen la palabra Especismo”.

Agustín Druetta, locutor en Radio Universidad.