HMML Y FLY FLY CAROLINE: RITUAL CÓSMICO EN MADRE SELVA

Estuvimos presentes en el show de dos grandes bandas. Escribe Roque Guzmán.

La propuesta de Hombre Montaña Mirando la Luna (HMML) es relativamente nueva, pero sus integrantes son conocidos músicos del ambiente villamariense. Y nada mejor que este grupo para elevar la energía en los cuerpos de quienes nos acercamos a Madre Selva.

La banda que comenzó su carrera oficial por aquel 8 de diciembre de 2017, pero que se gestó desde 2016, dejó un halo de energía en el ambiente con sus dos guitarras, bajo, batería y voz.

Por medio del contraste entre las melodías y armonías combinadas de las guitarras –con y sin distorsión- y la potencia de la voz de Juan Poquito, HMML permitió sentir en el pecho esa energía que la Luna irradia. La banda suena totalmente aceitada y en vivo comunica mucho potenciando las letras con miradas y una gestualidad justa pero muy firme.

“¡Buenas Noches!” suena con una voz tan suave, y alerta que los siguientes minutos serán una experiencia pregnante. Y es que esa voz se va a acoplar al vuelo de otros cuatro artistas en el show de Fly FLy Caroline.

El comienzo fue contundente, con la canción “Impredecibles”. Y en unos segundos supimos que la banda en formato electro presenta mucho poder. Las métricas tan particulares en la voz y los cambios de climas de la canción prometen que más adelante habrá power pero también avizora que viajaremos por el espacio exterior.

“Acuarela”, el tercer corte del álbum debut de la banda, ofició de preludio a la canción que le sucede en el disco. Junto a “Exagero” plasmaron la idea en las mentes de los presentes de que se pueden hacer confluir canciones potentes pero suaves en su esencia. Ya estamos realizando el check-in para el viaje.

En la misma línea pero ya embarcados en una gran crucero interestelar, “Cuando sea cómo el viento” sonó con un poco más de fuerza de lo que la grabación de estudio propone. Como detalle, los sonidos del final de la canción recordaron un poco a Sigur Rós en su visita a nuestro país en Tecnópolis.

El bloque siguiente fue novedad. El grupo proveniente de Córdoba capital presentó “Sentidos Invertidos”, “La Noche” y “Esfera”. Canciones que saldrán en formato de single en los próximos meses. Aquí sí que Fly Fly terminó de subir al público e hizo despegar –sin cuenta regresiva- esa nave –que cruzará el universo.

La primera canción del bloque fue la más progresiva de las tres, con toques de industrial, un espacio para las reminiscencias afro y hasta la fuerza de unas distorsiones más del metalcore europeo. “La Noche”, planteo una canción tranquila en la que las voces de los integrantes del grupo se hicieron escuchar. “Esfera” no pasó desapercibido para ninguno de los asistentes, fue el espacio para la introspección y lo experimental en un clímax del show que sólo sería alcanzado por la última canción del espectáculo. Quizás “Esfera” sea la nueva “Las Ruinas”, eso sólo el tiempo lo dirá, por ahora hemos sido testigos del comienzo de los senderos que se bifurcan en el jardín de la banda por medio de las canciones estreno.

Con este paseo por lo nuevo de la formación, se hace evidente que lo que ofrece Fly FLy Caroline en su primer álbum es parte de un work in progress que parece continuar su camino por medio de las nuevas propuestas. Esto no significa que no sea un álbum cerrado; para nada, sino que estos cinco artistas tienen mucho para dar aún.

La versatilidad de la voz de Carolina Merlo pudo reflejarse en “Mirada Infinita” y en “Vacío”. Pero no solo las capacidades de la vocalista y guitarrista dijeron presente, toda la banda desplegó su capacidad para guiar al público a través de su música.

Como suele acostumbrar, el grupo culmina cada viaje espacial con una canción en el que resume todo lo que propone y todo lo que es. “Las Ruinas” y su espacio para lo ritual planta raíces que parecen extenderse desde las palmas de los artistas sobre el escenario, hasta los pies de los participantes de la experiencia. Y por medio de estas conexiones arbóreas, el ritual promete traernos de regreso al suelo firme de Madre Selva. Y así lo hace por medio de tan sólo voces y palmas, pero no sin antes llevarnos fuera de la galaxia.

En más de un momento, nos sentimos parte de la tripulación de la Endurance de Interestellar (Nolan, 2014), en un viaje cósmico, pero en otros pareció que un gran fogón nos atraía hacia él magnéticamente como en un ritual de iniciación. Tierra –con su espacio interior de introspección- y espacio exterior –con su viaje cósmico- parecen dos lugares alejados, pero en el show de Fly Fly Caroline se encuentran, coexisten y se fusionan en un Alef infinito que presenta a cinco almas ocupando el mismo lugar-tiempo; y a los testigos de ese fenómeno, nos acerca unos a otros con la fuerza de atracción de un agujero negro.

Nota por Roque Guzmán.

Fotos por: Luciana Acevedo Rojo.