GASTÓN BROUET: “VIVO EXPERIENCIAS EXTRAORDINARIAS CON LA ACTUACIÓN”

Hablamos con el actor villamariense, sobre su actualidad, experiencia y oportunidades por delante. Por Roque Guzmán.

Nacido en Villa María, Gastón Brouet pensó desde muy chico en ser actor, en “contar historias”. Sin embargo, recién a los 22 luego de abandonar Ingeniería Civil, comenzó su carrera en la actuación, para dedicarse por completo a esta pasión. Parece haber aprovechado muy bien el tiempo, por lo realizado hasta sus 33 años actuales.

Su característica principal a la hora de actuar, es la capacidad de transformarse en personajes que salen de lo común. Con grandes cambios físicos entre una interpretación y otra podemos encontrar a múltiples versiones de Gastón tomando la piel de los más variopintos personajes.

Recientemente ha participado en la producción del largometraje “Rally Caps”, grabado en Nueva York (Estados Unidos), junto al actor nominado al Oscar, Judd Hirsch, y con la dirección del, dos veces ganador del Emmy, William García.

“No me quedo esperando”, señala con firmeza este “camaleón argentino” (como lo apodaron en Estados Unidos). Y eso se demuestra al verlo escribir proyectos de largometrajes y de series; golpeando las puertas de Netflix y de otros productores audiovisuales.

Dialogamos con Gastón sobre sus experiencias en la actuación, su actualidad y la manera de ver las oportunidades en el ambiente audiovisual.

– ¿Cómo es la actualidad de Gastón Brouet?

-Soy una persona perfeccionista y obsesionada con hacer las cosas bien. Entonces, con cada proyecto lo primero que hago es ver cómo me trasformo. Si tengo que engordar 20 kilos para hacer un personaje, con gusto lo haría. Siempre trato de cambiar constantemente el look.

En la actualidad, por primera vez en todos estos años soy parte de una producción de una película importante bajo el ala del ganador del Emmy, William García.

Estoy filmando el proyecto con Daro (Ceballos), Vani (Le Roux) y Eze (Matcovich). Es un audiovisual diferente a los demás. Es una historia postapocalíptica, donde hay zombis. Lo que me encanta es la caracterización. Me quieren transformar mucho físicamente con prótesis en la cara, en las manos, prótesis dental. 

Además, estoy escribiendo dos proyectos para vender. Ya tengo algunas puertas abiertas. Tengo que terminar de lijarlos y escribir un par de líneas, un par de escenas. Uno es una serie de televisión para presentar en Netflix. Ya tuvimos una charla con ellos y estoy trabajando en terminar la “biblia” y registrarla.

-¿Cómo percibís las diferencias entre los ambientes del audiovisual en Latinoamérica y en Estados Unidos?

-Hay muchas diferencias. Acá no ves películas de ciencia ficción hechas en Argentina, porque no tenemos el presupuesto para hacerlas ni tampoco tenemos un sistema de distribución armado para que el cine de plata. Allá hay una industria hecha. Están acostumbrados a manejar un presupuesto que para nosotros es una locura. Lo que nos beneficia de esto, es que nos las ingeniamos con pavadas.

¿Y en la actuación?

En la actuación, la dificultad está en el idioma. La dificultad de poder interpretar personajes en otro idioma y no tener que estar traduciendo en tu cabeza mientras actúas. A la hora de improvisar es muy difícil. Práctico el idioma constantemente y práctico el acento. Tener un acento lo más neutro posible es importante para actuar y tener las puertas abiertas para cualquier personaje; no solo hacer de “latino”.

-Tus personajes son muy diferentes físicamente, ¿cómo te preparás para hacerlos?

-Primero, siempre voy a la visual. Empiezo a trabajar sobre el look del personaje. Me pongo a dibujar cómo se puede ver. Busco la corporeidad del personaje, en el look y en su forma de moverse. A veces voy a centro, me siento en la plaza y veo la gente. Observo como caminan y busco similitudes con animales. Encuentro posturas que pueden servir para los personajes. Arranco con la imitación, o la mímica, y lo voy adaptando a mi cuerpo de a poco para hacerlo único. Luego armo la profundidad psíquica. Escribo biografías sobre los personajes.

-Personajes muy particulares…

-Todo personaje, bueno o malo, villano o héroe; todos tienen un lado oscuro y un lado luminoso. Está bueno crear ese trasfondo. Yo me pongo a inventar su historia, inventar su relación con sus padres, su infancia, cuáles eran sus gustos de chico, cómo lo trababan sus amigos. Con esto, tengo para justificar ciertas acciones del personaje o a la hora de improvisar. Es todo un proceso.

-¿Por qué haces lo que haces: actuar, escribir, crear personajes?

-Cuando hago un personaje, me despierta. Me encanta tener otras vidas. El personaje te permite jugar y tener un permiso en la ficción. Me separa del aburrimiento de la vida. Mi abuela me contó que de chiquito le dije: “me gustaría contar historias”. Yo no me acordaba. Después de grande, me daba mucho miedo estudiar actuación. 

Fui a Córdoba a estudiar Ingeniería Civil. Me iba muy bien, con buenas notas. Al final, terminé abandonando por la actuación, que siempre fue mi pasión. Creo que la respuesta concreta a la pregunta es esa, escapar de la vida cotidiana. Vivo experiencias extraordinarias que no viviría como “Gastón”.

-¿Crees que hay oportunidades para los actores?

-Muchos actores se quedan de brazos cruzados esperando a que les llegue la oportunidad. Sobre todo en Los Ángeles. Yo arranqué en Córdoba y los proyectos que me llegaban no eran desafiantes. No tenían esto que me gusta del “personaje raro”. Eran personajes bastante cargados dramáticamente, pero le faltaba el toque que me permita transformarme más. Entonces, empecé a escribir mis cortos, mis personajes. Buscaba grupos de gente y filmábamos. No me quedo esperando en casa. Si no aparecen las oportunidades, me las voy a generar yo: escribiendo una serie, una película, buscando productores.

Nota por: Roque Guzmán.