ESCRITORES DESDE MÉXICO: JOSÉ FERNANDO ULÚA

Conocé los poemas de este escritor mexicano y sus poemas.

Guadalajara, Jalisco, México. 17 de Mayo de 1986.

Jose Fernando Ulúa, seudónimo de Fernando Martínez Méndez, ingeniero de profesión, nació un día nublado, a mediados del ochenta y seis, en Guadalajara, Jalisco. Sabe nada de la vida. Apenas si lee. Con frecuencia se le puede encontrar en bares levantando una cerveza oscura. Amigo del insomnio inexpresivo, como él.

Coautor en los libros de poesía Verbo Cirio VII y Memoria del relevo, editado por Literalia Editores. Poemas suyos han sido publicados en las revistas almargen.net y Gaceta universitaria, de la universidad de Guadalajara.

¿Qué fue lo que te llevó a escribir?
Tenía ocho años cuando un profesor en la primaria nos solicitó un poema de tarea. No tenía ni puta idea lo que era la poesía entonces; sigo sin saberlo. Mi madre, apegada más a las letras que yo, me ayudó, con la consigna de escribir algunos yo mismo después. Además, recuerdo, una condición para salir a jugar fútbol (mi futuro era ser futbolista pero me fracturé la rodilla XD), eran lecturas obligadas de un libro de poesía española que me obsequió mi padre donde figuraban poetas como Gustavo A. Becquer, José Zorrilla, José de Espronceda, Lope de Vega, Unamuno, García Lorca entre muchos otros. Parten de ahí mis primeras influencias y desde entonces mi gusto por la escritura. Algunos amigos, ya en secundaria, me pedían poemas de amor para sus novias; a diez pesos el poema. En la actualidad, lo que me lleva a escribir es lo que vivo en lo cotidiano, el descontento social, ciertas vivencias que no dejo pasar desapercibidas, y, en algunos casos, el amor.
¿Cómo definirías tu estilo en esta faceta?
No tengo un estilo definido. No me gusta mucho escribir en algún tipo de métrica, y evito casi siempre la rima, prefiero el verso libre o la prosa poética. Pero, si de definir un estilo se trata, creo que el mío es un estilo sencillo, cortado, así, sin adornos, con palabras duras, directas, buscando siempre la profundidad del mensaje antes que recursos innecesarios. 
¿Cuál es tu fuente de inspiración?
Son muchas y variadas, ninguna en específico. La inspiración es una puta extraña, no hay que salir a buscarla, ella viene cuando le da su chingada gana. Además, uno no le puede decir que no, en ocasiones llega con vestimenta provocativa, escote y tanga, y ahí va uno a escribir sobre temas eróticos; otras veces viene rebelde, algunas otras con la sotana de la pederastia y uno debe aprovechar lo que le ofrece, no dejar pasar la oportunidad, independientemente del estilo que se le imprima, la voz que se le de al poema, lo importante es captar la idea, así sean las tres de la mañana, así te encuentres defecando, en el bus, en el trabajo diario. La muerte me inspira bastante, mucho, será, tal vez, por el temor que me infunde pensar en la muerte propia y en la de mis seres queridos; pero escribir sobre la muerte es complicado. Hablar sobre el acto creador es algo que me motiva mucho, también, por ende, no se puede hacer a la mujer de lado, es imprescindible en la poesía como en la vida misma. Me inspiran también los temas sociales, los estatutos injustos, el autoritarismo en cualquiera de sus facetas, político,  religioso, institucional.
¿Sobre qué te gusta escribir?
Escribo a veces sobre alcohol, putas, sexo, dios, religión, algunas críticas a las élites sociales, a la demagogia estúpida, a los sistemas tanto político como religioso, depende mucho de la marca de cerveza que me encuentre bebiendo; otras veces escribo sobre el amor desde una postura desapegada al romanticismo, creo que el amor se encuentra lejos de las palabras, se le puede encontrar, más bien, en los actos. Me gusta denunciar, desde la poesía, lo que no va bien en la sociedad. Incluso tengo algo de narrativa. 

Trenes de invierno

 

Me gustan las estaciones de tren en invierno,

todos llevan botas grandes y rompevientos,

algunos llevan gafas y sombreros ridículos,

otros, como yo, se arropan con su tristeza,

se sientan en las bancas frías, miran pasar los perros,

esperan por horas un tren que nunca llega
Algo de ti he leído

 

En tu pecho está escrita

la palabra: Precaución,

en tu corazón: Área restringida,

en tu sexo: Área de difícil acceso.

 

¿Porqué será, entonces, que para mí

tu boca es una puerta con el letrero

de cerrado o regrese más tarde

y para otros una puerta abierta

que dice empuje y jale?

 

Pero como buen rebelde

entro y salgo por tu boca

saqueando lo que tienes dentro

infringiendo áreas restringidas,

abriéndome paso en los accesos difíciles

reduciendo a escombros

lo que te mantenía en pie;

una luz parpadea a lo lejos

una alerta que se activa con cautela.
Un cuerpo pendiendo de un puente no puede ser poesía

 

Un cuerpo se mece lento a la altura de un puente.

La soga en su cuello lo mantiene suspendido,

cabizbajo, la lengua entresalida, seca,

ya no pide agua.