EL CINE CLUB UNIVERSITARIO PROYECTA «MARGARET»

El cine de la UNVM continúa con el primer ciclo del año, esta vez, con una película de Kenneth Lonergan.

Este martes 17 de abril, El Cine Club Universitario proyectará la tercer película de este año bajo el nombre de “Primer Ciclo 2018“. Para esta primer temática, se eligió programar largometrajes del director Kenneth Lonergan y la directora Maren Ade, y en esta ocasión es el turno del primero con Margaret.

La misma tendrá lugar, como es costumbre, en el Auditorio de la Medioteca Municipal Mariano Moreno (Av. Sabattini 40) a partir de las 20:30 hs. La entrada es libre y gratuita.

Les dejamos a continuación una reseña de Margaret y su correspondiente Trailer:

Once años después de su primera película como director, Kenneth Lonergan logra estrenar su segunda obra, no sin pasar antes por un tedioso proceso de finalización. Si bien Margaret se rodó durante el año 2005, diversos problemas judiciales con las productoras y dificultades para estructurar el montaje definitivo, demoraron su estreno hasta el 2011. Las consecuencias de estos problemas, tanto en sus aspectos negativos, pero también en los positivos, impregnaron inevitablemente el estilo del filme.
Pero antes de hablar de ello, resulta necesario dedicar unas palabras generales a este monumental retrato de la sociedad norteamericana – y más específicamente neoyorquina – de principios de los 2000, visto desde la óptica de una adolescente a punto de ingresar en la crueldad del mundo adulto. En efecto, Lisa Cohen (Anna Paquín) es una joven de clase media que vive en Nueva York, que tiene un hermano pequeño que estudia piano, una madre que es una exitosa actriz de teatro y un padre que se ha separado de ellos (literalmente), pero que también se dedica a algo relacionado al arte, aunque sin especificar qué. Está a punto de finalizar la secundaria en una institución con profesores excelentes que abren el debate entre los estudiantes, considerando siempre la situación política del país luego del atentado del 2001 a las torres gemelas. Allí Lisa da su opinión, aparentando una madurez y una capacidad de reflexión bastante avanzadas para su edad. Con todo eso, le queda tiempo aún para lanzarse a sus primeras aventuras amorosas, revelando una mezcla de inocencia y desinhibición llamativas, pero no por ello menos atrapante. En resumidas cuentas, Lisa es una adolescente media, en una franja de la sociedad también media, con un nivel cultural relativamente alto, atravesado todo por un poco de esnobismo y otro poco de la rebeldía típica y esperable de su edad.
Ahora bien, es precisamente este mundo superficialmente vertiginoso, pero profundamente seguro el que se derrumbará frente a lo que podríamos llamar el “dilema moral” – que nunca cae en el moralismo – del filme. Frente a una encrucijada en donde la protagonista y otros personajes se ven implicados directamente, varios de los supuestos éticos en los que se afirmaban tanto la vida media como los ingenuos desvíos adolescentes animados por aquella, se ponen en cuestión: la culpa, la responsabilidad sobre la vida del otro, las consecuencias negativas que trae buscar la justicia frente a un mal, pero también la tendencia a ponerle un valor económico a todo en el mundo, incluida la vida de las personas y el sufrimiento que trae la pérdida de un ser “querido” son algunas de los asuntos más cuestionados que se ponen en juego. A raíz de esto, la seriedad y sobriedad que tenía el mundo de Lisa se vuelve estrepitosamente trivial, absurdo y sin sentido. La obviedad que tiene para ella la diferencia entre lo justo y lo injusto, contrasta con lo que los adultos – sus supuestos tutores y guías de lo que es correcto -, defienden como tal. En medio de todo ello, la posibilidad de tocar al prójimo, de llegar a su interior, parece una utopía. La comunicación humana desaparece y, a pesar de la incesante verborragia de los personajes, no existe ningún diálogo genuino.
Con un elenco magistral, con una narrativa casi épica por su tamaño, por la cantidad de personajes complejos, de acontecimientos narrativos y de referencias a otras artes (poesía, teatro, ópera) que la componen, Margaret tiene el encanto de una obra descomunal y rústica, con los bordes aún filosos y lleno rebabas – producto de la dificultad en su terminación -, de una complejidad realmente difícil de abarcar en una simple página como esta, pero con un poder evocador y provocador verdaderamente insólito en el cine estadounidense contemporáneo.

Año: 2011
País: Estados Unidos
Dirección: Kenneth Lonergan