«EFECTO AXE»: CÓMO COMBATIR LA INSEGURIDAD PASO A PASO

Juan Pablo Amante tomó esta obra de teatro y la hizo suya. Con la dirección de Pía Bernabe.

Juan Pablo Amante se encuentra presentando una nueva obra titulada “Efecto Axe”, una pieza teatral que expone de manera graciosa y certera la influencia de los medios de comunicación en la sociedad actual, incluso aunque haya sido escrita hace más de 10 años atrás.

Efecto Axe” es una obra escrita por la actriz, política y abogada cordobesa María Elena Troncoso en el año 2004, que toma como base la paranoia extrema sobre la inseguridad en nuestro país generada por los grandes medios de comunicación. Es una mirada propia sobre la sociedad creada con humor y crítica social, en igualdad de porcentajes.

Juan Pablo Amante, artista de nuestra ciudad, decidió tomar esta pieza teatral e imprimirle su propio sello, con una puesta en escena que se destaca tanto por su creatividad como por su estética cuidada al máximo. Un solo hombre en escena -que casi no se mueve de su lugar en todo lo que dura la obra- saca a relucir todos sus miedos a la delincuencia, en su mayoría infundamentados, y sus delirantes planes para combatirla.

El color amarillo tiñe -creemos que no inocentemente- todos los elementos de la escena e incluso el impecable vestuario que fue creado por su propio protagonista como un arma de defensa y ataque contra cualquier “transeúnte apenas sospechoso”.

Diferentes objetos se encuentran colgados alrededor del personaje fanático de Cadena 3, con los cuales va construyendo su locuaz discurso sobre cómo ha desarrollado una infinidad de hábitos para mantenerse “seguro”, dentro y fuera de su hogar. Es así como llegó a basar su vida por completo a combatir sus miedos, repitiendo una serie de acciones preventivas y planificada hasta el último detalle una y otra y otra vez.

Se jacta de estar preparado para cualquier ataque e incluso ha ofrecido toda su sabiduría al gobierno para exterminar de una vez por todas a la «amenaza», al «enemigo», el cual lo describe como un ser de bajos recursos económicos, de tez oscura, que no le gusta trabajar, que utiliza gorra o capucha en su defecto y que suele “merodear” por las noches, entre otros rasgos. Cualquier parecido con los prejuicios de la actualidad, no es pura coincidencia.

Nunca sale sin su traje a prueba de todo, el cual consta de–entre muchas particularidades- chaleco antibalas y casco. Por supuesto que cuenta con un arma de fuego y parece ansioso por usarla, pero no satisfecho con esto creó un arma que cuenta con el factor sorpresa como su mayor característica: un desodorante Axe. En realidad no es uno, sino dos desodorantes antitranspirantes que forman parte de su mayor delirio en su paranoica obsesión por la inseguridad. Utilizados como elemento sorpresa ante un ataque espontáneo, dispara directo a los ojos. He aquí el arma que, según él, acabará con el crimen en el mundo y que, en su mente, no cabe duda alguna de que quienes se encargan de hacer cumplir la ley la incorporarán de inmediato a su armamento cotidiano.

La obra, dirigida por Pía Bernabe, es tan cómica como reflexiva, un reflejo de nuestros tiempos donde el personaje nos resulta tan delirante como familiar y donde los medios de comunicación de masas tienen mucho que ver en esto. Esta persona se encuentra presa en su propia casa, resultado del consumo excesivo de diarios, programas de radios y tv que hacen del miedo y la inseguridad un objeto de consumo diario, exprimiéndolo hasta el hartazgo.

Las consecuencias de esto último se ven todas reflejadas en el protagonista de Efecto Axe, una persona que sospecha de todo y de todos, que acusa y dispara antes de preguntar ya que todos son culpables hasta que se demuestre lo contrario. O quizás no todos, sino aquellos que concuerden con el estereotipo de “criminal” creados parcialmente por las grandes corporaciones mediáticas, las cuales imponen imagen de  “héroe” y “villano” en base a sus propios intereses.

Ojo, que aunque nos pongamos serios la obra hace reír y mucho, tanto el guion como la interpretación demuestran un alto nivel de comicidad y satirizan al extremo cierto accionar cotidiano y muchas veces inconsciente de gran parte de la sociedad, tan ingenuo como gracioso. Tal es así que hasta hay lugar para un baile desaforado del protagonista al ritmo de una “cumbia contra la inseguridad”, la cual corea fervorosamente “Inseguridad, inseguridad, inseguridad, algo hay que cambiar”.

Efecto Axe es de esas obras que encuentran la combinación perfecta entre una mirada crítica y reflexiva y el humor certero y necesario como camino para expresar una idea o mensaje.

Una publicación compartida por Revista WAM (@revistawam) el