CRONO LOGIA #3: LA SOCIEDAD DE LA ASEPSIA

¿Cuántas veces en la historia universal pareció ser el fin del mundo? Nueva Crono Logia de Rocío Ponce.

La sociedad de la asepsia

La historia de la higiene nos cuenta que la etimología de la palabra proviene de la mitología griega, más precisamente  de la diosa Higia vinculada a la curación. La concepción de la higiene personal y colectiva varió a lo largo de los siglos: no todas las sociedades tuvieron agua potable por ejemplo y en muchas de ellas el baño estaba asociado a los lujos extravagantes. Basta recordar a Cleopatra cubierta en leche para corroborarlo. La higiene, tal como la conocemos hoy, es heredera de la revolución industrial. El hacinamiento y la migración a los centros urbanos, hicieron que la limpieza se convirtiera en una prioridad. De lo contrario, habría cada vez menos obreros. La industria, siempre apostando a la vida del capital, y no la humana, promovió desde entonces a la higiene como política de masas.

Sabemos que las pestes acecharon a las grandes civilizaciones y son las protagonistas incluso en el relato de Moisés. No es nuevo, la guerra y la peste diezmaron la población mundial varias veces. ¿Cuántas veces en la Historia Universal pareció ser el fin del mundo? La cuestión del fin habrá sido parte del repertorio de pensamientos de un soldado desde las trincheras en la Segunda Guerra Mundial o un judío arriba de un tren de la muerte. Recuerdo la primera vez que me sucedió a mí: leía Crónicas Marcianas, no podía dejar de imaginar el día en que lxs humanxs abandonarían la Tierra. Pasaron 15 años de esa tarde, tengo la sensación adentro del pecho. Ya no son los 50’ y ya están escritas las Guerras de la Galaxia. El Covid-19 revivió estas viejas cuestiones. ¿Vamos a sobrevivir?¿Cómo será la economía?¿Nos van a reemplazar robots asépticos en los puestos de trabajo?¿La brecha será digital?¿Quién comprará la vacuna? Y he aquí como todo parece cobrar sentido: retomemos por ahora el asunto del fin, la higiene, la industria, la peste, la guerra y la historia.

En la década de los 60’, después de Bahía de los Cochinos, los norteamericanos construyeron debajo de sus casas bunkers. Una especie de sótanos blindados que los salvarían ante la amenaza de la guerra nuclear con la URSS. Vivían con miedo. Los millenials lo habíamos escuchado por ahí. Actualmente vivimos en un clima parecido, pero más lleno de miserias. El avance tecnológico para entonces era la esperanza. Ahora sabemos que la tecnología es la reina de muchos de nuestros males. La industria enriqueció a unxs pocxs, empobreció a todo el resto. La peste volvió reload. La guerra es entre ideas y se esparce por la red. Hay dictadores modernos que ganaron con fake news. La higiene es un privilegio. La historia se vuelve a repetir.

Para cerrar, pensaba en la nueva sociedad de la asepsia. ¿Cómo se relaciona la higiene con la pobreza?¿Sabrá de virus quien come de un bote de basura?¿Cómo nos “limpiará” el sistema? Se vaticina una gran crisis mundial. Quizás sobrevivamos al Coronavirus pero no a la escasez de recursos. Somos demasiadxs para este planeta y la competencia ya se ha puesto en marcha.

Don Draper dice mirando a cámara “Nostalgia significa el dolor de una vieja herida”, mientras intentaba vender unas Kodaks. Las fotos del pasado reciente nos llenan de esa sensación. Anhelamos regresar al día antes de que comience la cuarentena. Ansiamos el retorno a la “normalidad”. Mi nostalgia se parece más bien a la de Draper, mi herida vieja es la consciencia de la fragilidad y la certeza de que el capitalismo es la única pandemia.

Por Rocío Ponce.