CONTINÚA EL CICLO MELODRAMAS CON «LEJOS DEL PARAÍSO»

El Cine Club Universitario proyecta hoy una película del director Todd Haynes.

Hoy, martes 23 de mayo, continúa el ciclo de Cine “Melodramas” propuesto por el Cine Club Universitario, con la proyección de “Lejos del Paraiso» del director Tood Haynes. La misma tendrá lugar, como es costumbre, en el Auditorio de la Medioteca Municipal Mariano Moreno a partir de las 20:30 hs. La entrada es libre y gratuita.

Reseña

Todd Haynes es un director californiano de 56 años que cuenta en su haber con seis largometrajes estrenados y algunos episodios para series de televisión. Debutó en 1991 con el filme Poison y desde allí hasta la fecha ha demostrado ser un realizador libre de prejuicios y muy interesado por el mundo de la música – Velvet goldmine (1998) y I’m not there (2007) son ejemplos de ello -, y por la cuestión de género, con películas como la misma Poison, o la que nos convoca hoy, Lejos del paraíso.

En esta línea, el filme se ajusta perfectamente al segundo de los temas predilectos del director, pero presenta además una serie de particularidades que nos interesa destacar. El tratamiento narrativo y estilístico que posee es una de ellas. Ciertamente, podemos catalogar a esta película dentro de dos grandes géneros, y Haynes se las ha ingeniado para trabajar sobre ellos de manera magistral. Uno de esos géneros es el histórico; el filme retrata la vida americana típica de los años ’50. De este modo, y como sucede en cualquier película histórica, el vestuario, el peinado, los decorados, e incluso la interpretación se llevan a cabo como si los personajes y el mundo que habitan pertenecieran a esa época. Sin embargo, hay algo más que vuelve especial su reconstrucción histórica, y ello se debe a que el filme no sólo está “ambientado” en los años ’50, sino que también fue “realizado” como si perteneciera a ese periodo.

En consecuencia, la musicalización, el uso de la cámara, del montaje y hasta de los títulos copian la forma de filmar que existía en ese entonces, y lo hace tan satisfactoriamente que a veces nos cuesta creer que estamos frente a un filme de 2002, aun cuando reconocemos a los actores como contemporáneos.

Esta situación da pie, a su vez, al tratamiento del segundo género en el que se enmarca la película y que es el melodrama, género justamente muy popular y reconocido en esa época. Como en todo melodrama, aquí también el director trabaja con los códigos que le pertenecen: el amor como temática central, la sobrecarga de pasión, emoción y sentimentalismo, y el enredo de relaciones en una serie de vericuetos, chismeríos y desengaños encargados de hacer sufrir y padecer a todos los personajes las consecuencias que generan no sólo sus propias acciones, sino también la de sus seres – supuestamente – queridos constituyen, como en el caso anterior, lo que podríamos llamar la capa meramente superficial de la película.

Pero, si vamos un poco más hacia el fondo, podemos descubrir cómo Lejos del paraíso utiliza en realidad esos códigos para presentarnos un universo un poco más complejo que el esquemático y estandarizado mundo conformado por el género. En este sentido, la paradigmática vida de la familia protagonista que cumple el famoso “sueño americano” (sólo les falta el perro para estar completos), se ve amenazada de pronto por tres factores que indudablemente estaban presentes en la sociedad de los años ’50, pero de los cuales no se podía hablar, ya sea porque estaban naturalizados y por lo tanto inconscientes, o bien porque era necesario ocultarlos como si no existieran. Así, el racismo, el machismo y la homosexualidad arman un frente que desestabilizan con fuerza las bases de lo que parecía ser una vida perfecta, plena y llena de alegría. En efecto, cada uno de estos elementos sale a la luz progresivamente en la historia para manifestar la hipocresía de una sociedad que creía – y a veces tendemos a pensar que todavía lo cree – que la felicidad estaba en ser blanco, tener un televisor, una casa con dos hijos (sólo dos), una mujer “obediente” si se es hombre y un hombre con “carácter” si se es mujer.

Por último, no podemos dejar de mencionar el rol que cumple el entorno en este filme, entorno vestido de otoño y que sirve para contarnos la misma historia, pero sin palabras. Así, el viento, el frío y las hojas cayendo por doquier nos cuentan, de alguna manera, el ocaso de la familia que puebla el filme, pero también el ocaso de un tipo de sociedad que estaba transitando sus últimos años, y más todavía, nos cuenta también el ocaso de una forma de hacer películas que, en breve, iba a cambiar por completo.

 

Año: 2002

País: Estados Unidos

Duración: 107 min.

Dirección: Todd Haynes

Guion: Todd Haynes

Producción: George Clooney, Steven Soderbergh

Fotografía: Edward Lachman

Montaje: James Lyons

Música: Elmer Bernstein

Elenco: Julianne Moore, Dennis Quaid, Dennis Haysbert, Patricia Clarkson, Viola Davis