COLUMNA DE TANGO: NELLY ALVARADO

Dúo por la Vida tango nos habla sobre esta gran artista de la ciudad.

Un nuevo encuentro en este hermoso espacio que Revista WAM brinda a Duo por la vida Tango. Y es en esta ocasión, en la semana del día del trabajador, que queremos homenajear a una laburadora de la vida, una gran trabajadora y perseverante voz femenina del tango en Villa María… La Señora Nelly Alvarado.

Cuando junto a Diego decidimos radicarnos en Villa María, (ciudad que vio nacer al Maestro, hermosa ciudad en la cual se cultivó, desarrollo, y hoy es un referente indiscutible del tango); fue que al año y medio de estar aquí se acercó a casa, previamente confirmado el encuentro por teléfono, una señora elegante, respetuosa y con muchas ansias de seguir creciendo como artista, y también de proyectos artísticos distintos, nuevos. Al llamado de la puerta enseguida asistí, invitando a Nelly Alvarado a entrar, y casi sin darnos cuenta, compartir una hermosa e interesante charla… charla que nos permitió mutuamente conocer un poco más uno del otro.

Desde esa charla a la actualidad hemos compartido varios proyectos junto a ella, permitiéndonos tomar conciencia de la trayectoria de Nelly, de su afán por compartir momentos maravillosos de creación, ensayos, y por supuesto performances en vivo. Como muchos de ustedes sabrán algunos de esos proyectos son su presencia indiscutible año a año en nuestras tertulias, un deleite para nosotros compartir dicho espacio con una artista de raza, de las que ya prácticamente no abundan.

Otro de esos proyectos fue la obra teatral, “Un sueño de juventud”, (de nuestra autoría), obra en la que repasamos la vida de uno de los más grandes de nuestro tango, Enrique Santos Discepolo. Para dichas presentaciones las cuales fueron en nuestro espacio y en el Archivo Histórico, sito en el Bv. Carcano y Bv. Dante Alighieri, nuestra estimada y admirada Nelly, no dudó un instante en ponerse el papel de Tania, interpretando ese rol de manera extraordinaria, desde lo actoral y lo cantado. Haber interpretado el rol de Discepolo, en lo que hace a mi persona, fue un plato jugosísimo de hermosa experiencia y crecimiento artístico, ante la presencia y el talento de Nelly Alvarado. Además de haber contado con la Dirección musical y ejecución del piano del Maestro Diego Hernán González, quien supo extraer tanto de Nelly como en mi caso, hasta la última gota de talento musical para ponerlo al servicio del público y por tanto de la obra. Y por supuesto su presencia indiscutible en nuestro “Duo por la vida Tango-Festival Inclusivo, Cultural y Benéfico”, como en escenarios dentro y fuera de Villa María.

Homenajear a Nelly Alvarado por medio de esta humilde pero sentida columna, es para nosotros repasar tantísimos momentos creativos, de diálogo de colega a colega, de escuchar la experiencia vivida por ella, sus constantes luchas para abrirse camino como artista y mujer, dentro de un ambiente altamente machista y descalificador de la otra, del otro… es para nosotros agradecer a la vida por cruzarnos en el camino a una mujer, una artista de pura raza, una mujer con carácter, con presencia, y con un corazón inmenso… Muy pocas personas saben plantear sus necesidades y también contemplar que sus necesidades no avasallen las necesidades de los demás, como nos lo muestra Nelly en su camino.

Verla actuar en vivo es sin lugar a duda una experiencia formidable. Su dedicación, pasión y habilidad de cantar hasta el punto y la coma, como el acertado uso del silencio; su presencia en el escenario, su mirada, el movimiento de sus manos, como el exquisito vestuario que viste, son distintivos infaltables a la hora de describir a una artista de profundidad y de alta sensibilidad.

Estimada Nelly, nuestro agradecimiento, respeto y cariño, siempre presentes a la hora de evocarte, de escucharte, de abrazarte.

Apreciados lectores, les dejamos un muy Feliz día del trabajador, y que siempre esté presente la voluntad y la claridad para trabajar a conciencia por ser coherentes a cada paso en nuestras vidas… en nuestra vida.

 

Dúo por la vida Tango