COLUMNA DE TANGO: HUGO DEL CARRIL

Dúo Por La Vida en esta ocasión nos hablan sobre este gran actor, director y cantante argentino.

Estimados lectores:

Una vez más nos encontramos en este mundo, el de Revista WAM, para conversar un poco de tango… Y si hablamos de tango, y sobre todo de aquellos que con su voz, le dieron vida al tango, no podemos dejar de citar al gran Hugo Del Carril. ¿Cómo dejar de nombrar a un artista que se jugó a todo por lo que creía justo para sus compatriotas, para su pueblo?… ¿Cómo no citar a quien fuera elegido, en su momento, para encarnar a Gardel, en la película homenaje a nuestro gran cantor nacional, a poco tiempo de su muerte?… ¿Cómo no hablar de un grande como Del Carril?

Productor, director de cine, actor, guionista y cantante argentino, Piero Bruno Hugo Fontana, nació en Buenos Aires, el 30 de noviembre de 1912, y fallece en dicha ciudad, el 13 de agosto de 1989.

Abandonado por sus padres de muy pequeño, se crió con sus padrinos franceses, mudándose con ellos a Francia, y regresando a Argentina en su adolescencia.

Inició su carrera de actor y cantante de estribillos de tango a los quince años de edad, luego de haber trabajado en una fábrica de jabón y una cristalería.  En 1933, formó el “Trío París”, del cual se separó para formar un dúo, integrado por él y un amigo cantor que le pusiera su nombre artístico: Hugo Del Carril.  En ese tiempo, mientras cantaba en Radio Nacional, y luego de haber estudiado taquigrafía, se desempeñaba como primer taquígrafo en el Congreso de la Nación.

La incursión en el cine llega en el año 1937, donde le tocó interpretar “Tiempos viejos” en la película “Los muchachos de antes no usaban gomina”.  Luego de esta experiencia, el sello cinematográfico lo contrató para filmar “La vuelta de Rocha”, “Tres anclados en París” y “Madreselva” (esta última junto a Libertad Lamarque). Además actuó también en “La vida es un Tango”, “Gente bien”, “La cabalgata del circo” (junto a Libertad Lamarque y una joven actriz, llamada Eva Duarte), “Las aguas bajan turbias”, y como ya hemos anunciado en esta columna, “La vida de Carlos Gardel”, pasando a ser considerado el sucesor del gran cantor. Estas experiencias cinematográficas, le valió la experiencia de trabajar con artistas de la talla de Aída Luz, Parravicini, Tito Lusiardo, Luis Sandrini, Sabina Olmos, Susana Campos, entre otros.

Su trabajo en el cine fue tan intenso que películas de su creación fueron consideradas de alto nivel artístico, como por ejemplo “Más allá del olvido”, que fue valorada como “El más grande film argentino jamás realizado”. Un dato curioso, pero que suma a la hora de repasar la vida cinematográfica de Hugo Del Carril, es que la actriz Graciela Borges, se inicia como tal, en la película “Una cita con la vida”, la cual fue dirigida y protagonizada por el cantor. Cabe destacar su film “Buenas noches, Buenos Aires”, que no solo se lo consideró el primer musical a color del país, sino que contó con la presencia de Beba Bidart, Nestor Fabian, Virginia Luque, Mariano Mores, Julio Sosa, Jorge Sobral y Aníbal Troilo.

En el año 1955, con la venida del golpe de estado de dicho momento, y por esas incoherencias, fue censurado y estuvo preso en la Penitenciaría Nacional, durante 41 días, tiempo en el cuál fue maltratado hasta el punto que casi muere; y de la cual fue liberado por falta de cargos.

Una gran compañera de trabajo y amiga de Hugo Del Carril, la Señora Tita Merello, dijo alguna vez, refiriéndose al modo de trabajar del cantor a la hora de dirigir una película…:“Ni sueñen que es fácil trabajar con él. Hugo es muy exigente. Con él hay que ensayar y ensayar, y sólo cuando considera que se ha alcanzado el punto ideal, se pasa a filmar”.

Cuando se le preguntó al cantor sobre su experiencia con Eva Perón, él dijo: “Con ella hablábamos de muchas cosas, especialmente de las necesidades de la gente humilde. Ella se sentía predispuesta a esa gente por su origen que jamás negó”.

 

Hugo Del Carril en sus propias palabras:

“Todo lo que hice fue con buena intención. Si las cosas me salieron bien o mal, no lo sé. Pero si sé que siempre me entregue con alma y vida a lo que quería”.

 

Queridos lectores, no le toca al artista hacer entender su obra, su creación, su atreverse a “hacer”, sino a su pueblo, el mismo pueblo que le decreta su éxito. El camino del artista es arduo y muy solitario, ya que la visión del mismo, (resultado del talento que Dios le brindó), es una visión más bien holística, que es brindada por el artista a una sociedad, a un pueblo que vive y desarrolla con una visión dual de la vida.  Esta diferencia, hace, que muchas veces, sino la mayoría del tiempo, el artista sea completamente incomprendido en su obra, en su modo de pensar y sentir. El tiempo, nos ayuda como pueblo a tomar conciencia de la acción artística propuesta, en este caso por Hugo Del Carril.

Si tanto nos identificamos con Discepolo, Atahualpa Yupanqui, María Elena Walsh, por solo citar a algunos; entonces, tal vez, estaría bueno, llevar a la acción las verdades que ellos nos dejaron en forma de canción y de poesía.

Deseando les una excelente semana, nos despedimos hasta la próxima, y siempre, siempre, los mejores augurios para ustedes!

 

Dúo por la vida Tango.