COLUMNA DE TANGO: CÁTULO CASTILLO

Emilio y Diego de Dúo por la Vida nos comparten otra entrega de su columna semanal.

Estimados y queridos lectores… de nuestra parte inmensamente felices de reencontrarnos con ustedes, en este espacio que Revista WAM nos brinda con tanto cariño, y entusiasmados de compartir en esta semana unas líneas sobre la vida de uno de los poetas y compositores más emblemático de nuestro Tango.

Ovidio Cátulo González Castillo, (Cátulo Castillo), nació en Buenos Aires un 06 de agosto de 1906. Hijo de un ya afamado autor, José González Castillo, compone su primer tango a los 17 años, “Organito de la tarde”. En esa misma época practicaba boxeo, llegando a ser campeón argentino de peso pluma, amén de haber sido pre-seleccionado para las olimpíadas de Amsterdam.

Gran estudioso, durante la década del 30 obtiene una de las cátedras del Conservatorio Municipal Manuel de Falla, llegando a ser su Director en el año 1950, hasta jubilarse del cargo.

Apasionado de las letras, como periodista escribió para varias revistas, llegando a publicar en 1953 el libro “Danzas Argentinas”. En dicho año, a su vez, fue designado presidente de la Comisión Nacional de Cultura de la Nación.

En el año 1955, asume el control del país, el gobierno de facto que se autodenominó Revolución Libertadora. Como siempre, este tipo de gobiernos asumen el poder para quitarle la libertad al pueblo, sus derechos de expresarse libremente; y para postrar de rodillas a los argentinos, a los primeros que acallan son a los artistas y a todas aquellas personas sensibles al sueño de un país libre, soberano, independiente. Así es que Cátulo es despojado de todo lo que consiguió a fuerza de respeto y trabajo.

A tal punto llega la necedad y cerrazón de los supuestos “Libertadores”, que no solo le quitaron las cátedras y dirección del conservatorio, sino que le negaron sus derechos de autor, prohibieron la emisión de sus tangos por la radio; en las palabras de su esposa, lo echaron de todas partes, quedando como camino el vender todo y recluirse en algún punto donde la palabra, la verdad, y la honestidad sea el camino para vivir y evolucionar libremente.

Para 1960 y sin déspotas en el gobierno, vuelve a plena actividad, componiendo, escribiendo guiones radiales, trabajando en SADAIC. Es en ese período que publica la novela “Amalio Reyes un hombre”, la cual fue llevada al cine por Hugo del Carril.

En 1974 lo designan Ciudadano Ilustre de la ciudad de Buenos Aires, y en agradecimiento, Cátulo relató la siguiente fábula: “El águila y el gusano llegaron a la cima de una montaña.  El gusano se ufanaba de ello.  El águila aclaró: ‘Vos llegaste trepando, yo volando’.  ¿Pájaros o gusanos?-inquiría Cátulo-he aquí una pregunta clave”.  El gran maestro nos deja así, un 19 de octubre de 1975.

 

Cátulo y el Tango:

Fue entre los ’40 y los ’50 que el tango transita su edad de oro, y es en esa misma época en que Cátulo combina su arte con la de otros grandes creadores del género, como Mariano Mores, Pontier, Pugliese, Piana y desde ya su gran colaborador desde 1945: Aníbal Troilo.

Fueron sus obras interpretadas prácticamente por casi todos los cantores (damas y caballeros) del tango como Roberto Polaco Goyeneche, Edmundo Rivero, Guillermo Galvé, entre otros; y de otros estilos musicales como del rock, como ejemplo el conocido Calamaro.

Hacer un listado de los tango del Maestro nos llevaría un buen espacio de esta columna, por ello solo nombraremos algunos, en homenaje a tan bellas creaciones… “A Homero”, “Arrabalera”, “Café de los Angelitos”, “María”, “Mulatada”, “Silbando”, “Aguacero”, “Viejo ciego”, “Tinta roja”; y por supuesto que Dúo por la vida Tango no puede hacer la vista gorda, y de tal magnífico y sentido autor, incluyen nuestro repertorio tangos como “Desencuentro”, “La última curda”, “Caserón de tejas” y “Mensaje”.

Como era habitual en esa época, Castillo tuvo su experiencia en el cine como autor con las películas “El patio de la morocha”, “La calesita”, etc. Y puso música a películas como “Internado”, “Juan Moreira”, “Arrabalera” y “Los muchachos se divierten”.

 

Estimados lectores, es inconmensurable el placer que nos causa compartir semana a semana una columna sobre este género tan nuestro y representativo de nuestra idiosincrasia a nivel nacional y mundial.   Gracias por compartir junto a nosotros esta inquietud y alegría… Hasta la próxima columna!!!

 

Dúo por la vida Tango.