COLUMNA DE TANGO: GRANDES DEL TANGO

Emiliano Kándico y Diego Gonzalez nos comparten otra entrega sobre tango.

Estimados lectores…

Que semana de homenajes nos tocó en esta oportunidad…!, Con gran alegría y mucho entusiasmo, no solo como tangueros apasionados, sino como músicos del género; en esta entrega nos toca hablar de los siguientes Grandes del Tango: Vicente Greco, Juan Carlos Cobian, Alfredo Le Pera y Domingo Federico, todo dicho.

Los iremos citando en forma cronológica en cuanto a año de nacimiento. Así es que el 03 de junio de 1886 nace Vicente Greco, destacándose en la historia como compositor, director de orquesta y uno de los bandoneonistas más representativos de la “Guardia Vieja”. Con un período de actividad artística que va de 1900 a 1924, (año en que fallece), se inicia actuando en los bares y salones del popular barrio de La Boca, llegando a ser el primer músico en ser contratado para inaugurar el famoso salón Armenonville.

Prolífero compositor, siendo el autor de tangos como “Alma Porteña”, “Racing Club” o “Rodríguez Peña”; contó con la amistad personal de Carlos Gardel, quién grabó varios tangos de su autoría, como por ejemplo “Argentina”.

Amén de todo lo contado, y de haber creado la “Primer Orquesta Típica”, su orquesta fue la primera en grabar con un bandoneón, siendo el afamado registro de “Don Juan”. Fallece el 05 de octubre de 1924.

Por otra parte pero diez años después, nace en Pigüé (Pcia. De Bs As.), el pianista y compositor Juan Carlos Cobián, un 31 de mayo de 1896. Siendo aún muy niño la familia se muda a la ciudad de Bahía Blanca. Su hermana Dolores, quien estudiaba piano, observó en una oportunidad, el interés que despertó en su hermano menor el piano, y la habilidad que mostraba repitiendo los ejercicios de ella; de este modo influyó sobre sus padres para que lo hicieran estudiar música. De este modo Cobián ingresa al Conservatorio Williams de dicha ciudad, donde fue condiscípulo de Carlos Di Sarli. Una vez recibido y al poco tiempo de fallecer su madre, parte en 1913 para Buenos Aires.

Una vez en la Capital del Tango, comienza a ganarse la vida tocando en una cervecería y en varios cines donde proyectaban películas mudas. Luego de conocer a Arolas forma el trío Espósito-Zambonini-Cobián; y a su vez accede a tocar el piano en las clases de Tango que daba Juan Carlos Herrera, gran bailarín de la época, cuya clientela eran señoras de altos recursos.

Para 1916 participa en el trío Arolas-Roccatagliatta-Cobián compartiendo escenario con Pepita Avellaneda (Primer mujer en cantar tangos en público). En esa época estrena su tango “El Motivo”, y ya se lo vió actuar en lugares como “Mouline Rouge” de Rosario, “De la Gallega”, “Montmartre”, “L’Abbaye” y como solista en el emblemático local “Parisiana”. Dato anecdótico muy interesante de la época es el haberse negado a hacer el Servicio Militar Obligatorio, lo que desembocó en tener que cumplir tres años de Servicio Forzoso. Interesante este dato, ya que uno de sus tangos más famosos es “a pan y agua”, que justamente describe, lo vivido por Cobián en los calabozos del Servicio Militar Obligatorio.

Luego de su incursión forzada en el Servicio Militar comenzaron a sucederse, como bendición de Dios para contrarrestar lo vivido, una serie de actuaciones junto a grandes músicos de la época como Fresedo, Maffia, De Caro, por solo nombrar algunos, ya que algo sumamente destacable, es el conjunto que formó junto a Maffia-Petrucelli-Ferrazzano-De Caro-Cobian; el cual quedó en la historia del tango por significar el antecedente directo del movimiento de transformación instrumental más importante del tango.

A partir de aquí Cobián viaja a EEUU, donde la dimensión de su talento es semejante a la dimensión de su desenfrenada vida bohemia, país en que tuvo varias oportunidades de crecer descomunalmente como artista, y sin embargo prefirió sumergirse en borrascosas aventuras sentimentales… En fin, nada es malo, ni nada es bueno… solo es. Y qué más podemos decir del Maestro Cobian… simplemente eternos gracias por las maravillosas obras que nos dejó: “Nostalgias”, “La casita de mis viejos”, “Los mareados”, “Shusheta”, “Almita herida”, “Nieblas del Riachuelo”, entre tantas. Nos deja un 10 de diciembre de 1953.

¿Y los Poetas?…

En varias ocasiones hablamos más de los músicos que de los poetas… ¿Qué sería de nosotros y del tango, sin la poesía?… Por ello, y sin pasar por alto su día de nacimiento, 07 de junio de 1900, hablaremos del gran poeta de Gardel… ¡Alfredo Le Pera!

Escritor, poeta y periodista, ex estudiante de medicina y de piano, comenzó escribiendo algunas piezas teatrales y algunos tangos, llegando a componer junto a Discepolo, “El Carrillón de la Merced”. Para cuando Gardel estaba ya en París y necesitando armar un sólido equipo de trabajo, le llega a oídos de Carlitos, el nombre de Le Pera. Es así que Don Alfredo no solo fue el guionista de las películas de Gardel tanto en París, como en EEUU; sino que además formaron la dupla más famosa del tango dando obras maestras como “El día que me quieras”, “Volver”, “Por una cabeza”, “Cuesta abajo”, “Mi Buenos Aires querido”, entre otros.

Trabajó también en los Periódicos “El Plata”, “El Mundo”, El Telégrafo”; prolífero escritor de teatro estreno obras como “La sorpresa del año”, “Gran circo político”, “Opera en Jazz”; fue además traductor castellano de intertítulos para cine mudo. Fallece el 24 de junio de 1935.

Finalizando nuestro recorrido de esta semana, brindamos un pequeño pero caluroso homenaje al gran músico Domingo Federico, bandoneonista y director musical Argentino, nacido un 04 de junio de 1915-06 de abril de 2000; se perfeccionó con Pedro Maffia y trabajó con nombres como Brignolo, Caló, Maderna, Farncini, Expósito, entre otros. Socio fundador de SADAIC, realizó 45 giras por Argentina y países latinoamericanos y 120 recitales en Japón, como bandoneonista de la orquesta de Francisco Canaro. Aún, muy poco antes de morir, con 83 años estaba frente de su Cátedra Universitaria de Bandoneón, única y primera del mundo, grabando con la “Orquesta Juvenil de Tango” de la Universidad Nacional de Rosario, que él había creado en 1994.

Como si todo esto fuese poco, obras tangueras como “Percal”, “Yuyo verde” o “Tristezas de la calle Corrientes”, fueron creadas por el Maestro.

Queridos lectores de Revista Wam, luego de un intenso homenaje a cuatro Grandes del Tango, los saludamos cordialmente y hasta la próxima columna…!

Dúo por la vida Tango.