COLUMNA DE TANGO: OSVALDO PUGLIESE

Dúo por la Vida nos habla de otro grande del tango argentino, Osvaldo Pugliese.

Estimados lectores, una vez más nos encontramos en este maravilloso espacio que nos brinda a Dúo por la vida, Revista WAM…!  En esta oportunidad hablaremos y les compartiremos una breve reseña de uno de los más grandes del Tango… Osvaldo Pugliese.

Decimos “breve reseña”, porque escribir sobre una personalidad tanguera como la de Don Osvaldo, creo, llevaría tranquilamente unos cuantos libros.  El Maestro Osvaldo Pedro Pugliese, nació en Buenos Aires el 02 de diciembre de 1905, en el barrio de Villa Crespo, Ciudad de Buenos Aires. Citar dicho barrio, me invita directamente a revivir infinidad de imágenes de mi infancia; ya que si bien yo nací en el barrio de Villa Urquiza, durante mi infancia hubieron cuatro años en que mis padres vivieron en Villa Crespo.

Nacido en el seno de una familia de músicos fue Adolfo Pugliese (padre de éste y flautista en conjuntos tangueros de la zona), quien ayudó al Maestro Pugliese, a dar sus primeros pasos en la música, comprandole un violín, y enviandolo al Conservatorio Odeón, lugar donde Osvaldo se encontraría con el instrumento que sería parte de su vida y con el cuál se destacaría a lo largo de su trayectoria… el piano.

Habiendo estudiado con Pedro Rubione y Vicente Scaramuzza (recordemos también profesor de Martha Argherich, Bruno Gelber, Horacio Salgán, Atilio Stampone, Orlando Goñi, entre otros), debutó a los 15 años al frente de una orquesta de barrio en el “Café de la Cancha”. Tiempo después integró el conjunto que dirigiera la primer bandoneonista del país, Francisca Cruz Bernardo (“Paquita”). También integró la orquesta de Enrique Pollet, Roberto Firpo y Pedro Maffia, obteniendo presentación a presentación, cada vez más prestigio.

Para 1929, y con las ansias de tener su propia orquesta, se presenta en uno de los café más emblemáticos de aquel entonces, a la hora de ejecutar tango: “El Nacional”. Luego de una fracasada gira a nivel nacional, vuelve para integrar la orquesta de Alfredo Gobbi y más luego la de Miguel Caló, y Roberto Firpo (nuevamente).

Como todo artista inquieto y soñador, creador de su propio camino, y sin ánimos de abandonar los sueños propios, en 1936 debuta con su propio sexteto en el café “Germinal” de la Av. Corrientes. Esta fue la puerta definitiva que le abrió el paso a crear nuevamente su propia orquesta, con la cual debutó en el año 1939 y lo acompañó durante 55 años seguidos (con algunos cambios en sus integrantes, lógicamente).

Durante esos 55 años su carrera fue absolutamente productiva, con la que se dieron las condiciones necesarias para ser el creador de 150 tangos, además de haber grabado más de 600 temas de otros autores; y de haber transitado por la citada orquesta, cantores de la talla de Chanel, Morán, Vidal, Maciel, Córdoba, entre otros. También supo desempeñarse como actor en películas tales: “Mis cinco hijos”, “Tango y Tango” y “Convivencia”.

Hombre comprometido con la sociedad, impulsó en 1935 el Sindicato Argentino de Músicos, bajo su frase “…donde el trabajo sea una dignidad personal y no un castigo”. Como corolario de una intachable carrera, donde la honestidad, la transparencia, la genialidad artística y musical, como su actitud de amor constante ante la vida, en 1985, logró festejar su cumpleaños número 80, tocando junto a su orquesta en nuestro querido Teatro Colón de la Ciudad de Buenos Aires.

Más allá de las constantes censuras de diferentes gobiernos de nuestro país, el Maestro Pugliese fue reconocido y distinguido en países como Cuba, Francia, entre otros y siempre con los más altos honores; y en su país no solo obtuvo el Konex en tres ocasiones, sino que además cuenta con una estación de subte que lleva su nombre, la estación Malabia-Pugliese, de la línea B, del barrio de Villa Crespo, de la ciudad de Buenos Aires.

Ya se habrán dado cuenta que maravillosa y apasionante vida supo transitar Don Osvaldo… Fíjense cuanto debemos crecer aún como pueblo, como nación, que la única oportunidad de ver actuar en vivo al Maestro Pugliese, junto al Maestro Piazzolla, no fue precisamente en la capital del tango, ni mucho menos en la tierra del tango… sino que fue en el viejo continente en la ciudad de Amsterdam, Holanda.

Como todo en este plano, en esta vida, tiene un comienzo y un fin, Osvaldo Pugliese nos dejó un 25 de julio de 1995, en la ciudad que lo vio nacer. Por tanto y como siempre tratamos de brindarles, en esta ocasión cerramos con palabras y expresiones del Maestro Pugliese.

 

En sus propias palabras

 

 “¿Profeta, yo? ¡No!: soy un laburante como cualquiera. Ni más ni menos (…) Soy un poroto, un tornillo de la máquina tanguera (…)”.

 “Más que la fama, importa situar a la gente dentro del corazón. Yo he trabajado desde pibe, y la gente ha simpatizado con este carcamán que soy, pero no me siento superior a nadie. Cuando veo a los que trabajan en la calle, con el martillo, con la pala, pienso siempre que son trabajadores y arquitectos de la vida”.

 “La orquesta la armé en el 39. Me acuerdo que al poco tiempo ya tenía bailarines que me seguían y gritaban, ¡ese, ese, ese, la barra de Pugliese!  Me gustaba pero yo me decía ‘quedate ahí Osvaldo, no te agrandés, no fanfarronées’. Había veces que estaba en cana y me reemplazaba en el piano un primo mío que era policía”.

 “Todos los días le hago los cuernos al diablo, pero cuando llegue la hora del espiche diré: ‘Bueno muchachos, llegué hasta aquí, me las tomo, sigan ustedes’. (…) Si al final… ¿yo que hice? Tangos. Eso es todo”

 

Queridos lectores, no puedo describir la emoción que me abriga al leer estas palabras del Maestro Pugliese. Alegría la nuestra de charlar con ustedes un poco sobre él… A cada paso que damos en el camino del Tango, más adentro del mismo vamos. Vamos tomando conciencia que a medida que uno profundiza el sendero tanguero de la vida, indiscutiblemente profundiza el sendero de su propio ser, y así uno se va moldeando de acuerdo a sus pensamientos y buenos deseos de vivir una vida como nos fue entregada por Dios… una vida abundante, donde el amor es una actitud y no solo un sentimiento. Cordiales saludos a cada uno de ustedes, y hasta la próxima semana.

 

Dúo por la vida Tango.