COLUMNA DE TANGO: ENRIQUE CADÍCAMO Y ANIBAL TROILO

Emiliano Kándico y Diego Gonzalez nos comparten su columna de la semana.

Estimados y queridos lectores… de nuestra parte inmensamente felices de reencontrarnos con ustedes, en este espacio que Revista WAM nos brinda con tanto cariño, y entusiasmados de compartir en esta semana unas líneas sobre la vida de uno de los poetas más importantes y emblemáticos de nuestro Tango. Sin duda alguna vamos a disfrutar desandando los caminos del Sr. Enrique Domingo Cadícamo.

Cadícamo nació en la ciudad de Luján, 15 de julio de 1900 y muere un 03 de diciembre de 1999. Fue uno de los más grandes poetas de tango y además escritor, que en algunas ocasiones utilizo el seudónimo de Rosendo Luna y Yino Luzzi.

Hijo de inmigrantes italianos y cumplidos sus 18 años trabajó en el Consejo Nacional de Educación de Argentina junto con el poeta, periodista y político Leopoldo Lugones.

A los 26 años publicó su primer libro de versos, titulado “Canciones grises”, seguido de otros poemarios como “La luna del bajo fondo”, “Viento que lleva y trae”, “Café de camareras”, “El desconocido Juan Carlos Cobián” o “Bajo el signo del Tango”. Es de resaltar la exquisitez en su composición literaria, en su manera de describir y sobre todo el sentir de la vida… su punto de vista.

En cuanto al tango propiamente dicho, es de subrayar la cantidad y calidad de obras que dio origen las palabras de Cadícamo. El primer tango que él escribió se llama “Pompas de jabón” (cuya música la compuso Roberto Emilio Goyeneche, tío del famoso Polaco Goyeneche), siendo a su vez uno de los primeros tangos que grabó Gardel.

También fue escritor de grande títulos en el género de los cuales, 20 al menos, grabó Gardel. Entre ellos podemos destacar “Madama Ivonne”, último tango que Gardel grabó en Argentina. Otro fueron “Anclao en París” (que se dice fue escrita a pedido de Gardel), “Tres esquinas”, “Cruz de palo”, “De todo te olvidas” (que incorporó versos del poeta Evaristo Carriego), y uno de los más famosos de Troilo, “Garúa”.

En Obras de teatro cabe destacar “Así nos paga la vida”, “La baba del Diablo”, “El romance de dos vagos”, “El cantor de Buenos Aires” y “La epopeya del tango”. Y como si fuera poco también incursionó en el cine como Director, guionista e intérprete.

Desde ya no podemos pasar por alto la famosa dupla “Cadícamo-Cobián”. Y aquí me ilusiona regodearme nombrando alguno de esos profundos y majestuosos tangos, como por ejemplo: “A pan y agua”, “El cantor de Buenos Aires”, “Gitana”, “La casita de mis viejos”, “Shusheta”, “Pico de oro”, “Salomé”, “Piropos”, “Nieblas del Riachuelo”, “Los Mareados” (originalmente llamada “Los dopados”; y que además, según los eruditos del Tango, es considerado el tango más perfecto en escritura musical y poética, y en la combinación de ambas); y por último, “Nostalgias” (Tango compuesto por Cobián en E.E.U.U., y que luego en Argentina, le pidiera a Cadícamo le pusiera letra, y éste último la escribiera en homenaje a la vida de Carlos Gardel, siendo que la escribió en el año 1936, año posterior a la muerte de Gardel); entre otros.

 

Cadícamo en sus palabras

“Eran tiempos en que se decían los tangos. El tango tiene una personalidad que no se aprende en los conservatorios. Cada cantante tiene que poner lo que siente y si no lo siente, que lo largue.   El tango es lo más difícil para cantar. Cuando viene un cantante atropellando, con una voz que se la quiere sacar porque no la tiene en ninguna parte, ahí hay que escapar. Ángel Vargas tenía una voz chiquita y cantaba maravillosamente. Fiorentino no tenía voz pero la emoción, el gusto por el tango era lo que lo hacía cantar”.

 

 

11 de julio, día Nacional del Bandoneón

No podíamos dejar de comentar, y sobre todo en la columna de esta semana, que el 11 de julio se conmemora en Argentina, el día Nacional del Bandoneón. Fecha elegida debido a que en este mismo número de día y mes, nació en el año 1914, a quien se considera “El mayor bandoneón de Buenos Aires”, Aníbal Troilo.

”Pichuco”, (apodo que le pusiera su padre y con el que se lo conocería por la eternidad), realizó su primera actuación a los 11 años de edad. A los 14 formó su primer quinteto, y al año siguiente fue contratado para formar parte del famoso sexteto Vardaro, integrado también por Osvaldo Pugliese y Alfredo Gobbi. Antes de llegar a formar su propia orquesta, Troilo paso por las orquestas de Maglio, De Caro, D’Arienzo, D’agostino y Cobián; se puede decir que entrenó con los mejores.

También integró el Cuarteto “Troilo-Grela”, que a partir de 1968 se llamaría Cuarteto “Troilo”, (integrado por de Lío, Berlingieri y del Bagno). Junto a Piazzolla grabó “El motivo” y “Volver” a dúo de bandoneones.

Con su orquesta, con la cual casi trabajo ininterrumpidamente toda su vida, interpretó todas sus obras como por ejemplo: “Toda mi vida”, “Pa’que bailen los muchachos”, “Garúa”, “María”, “Che bandoneón”, “Romance de barrio”, “Discepolín”, “Responso”, “Desencuentro”, “La última curda”, el emblemático “Sur”, entre otros.  Además por su orquesta tocaron Colángelo, Goñi, Basso, Piazzolla, Baffa, Garello, solo por citar a algunos; y desde ya no podemos dejar de nombrar las voces de Goyeneche, Rivero, Fiorentino, Marino, Ruiz, Rufino o Nelly Vázquez, entre otros.

 

Troilo en sus palabras:

Queridos lectores, difícil se hace escribir sobre Troilo, ya que no alcanzaría una columna, y menos si esta esta compartida con Cadícamo. Por ello, más allá de la reseña que compartimos, creemos que no hay mejor modo de saber cómo era un artista, un ser, sino por medio de sus palabras. Aquí, alguna de sus expresiones…:

“Alguien dijo una vez que yo me fui de mi barrio. ¿Cuándo?, ¿Pero cuándo? Si siempre estoy llegando”

“La calle es el mejor lugar de todos.  Se aprende.  En el hogar se aprende la educación, pero en la calle se aprende a vivir… Y si no que me lo digan a mí. Todo lo que aprendí, lo poco y extraño que aprendí, lo aprendí en la calle”

“Honestamente no sabría explicar, el por qué entrecierro los ojos cuando pongo el paño de terciopelo sobre mis rodillas y tomo el bandoneón. Posiblemente sea porque me meto adentro de mí mismo.  Yo creo que todos los artistas tienen que entregarse cuando hacen algo”

“Nunca puedo escribir música por escribir.  Preciso una letra primero. Una letra que me guste.  Entonces la mastico.  La aprendo de memoria.  Todo el día la tengo en la cabeza. Es como si la fuera envolviendo en la música. Es muy importante para mí lo que dice la letra de una canción”

“Yo sé que la gente me quiere… No sé si soy un ídolo… Por otra parte, no soy tan vanidoso como para creerme eso… ¿Buenos Aires? No, que voy a ser Buenso Aires… Pero yo quisiera ser media calle de un barrio cualquiera de mi ciudad…”

 

Mágicas y sentidas palabras… Creemos no hay más nada que decir… Un abrazo a todos y los mejores augurios siempre!!!

 

Dúo por la vida Tango.