BLABLATORIO N°10: ALREDEDOR DE LA MAGIA

Mauro Guzmán, en su espacio semanal, nos habla sobre las distintas formas de entender la magia.

ALREDEDOR DE LA MAGIA

1. Mi mamá me contó que cuando era chica, en el campo donde ella vivía, estaba prohibido decir Perón. Los judíos tenían prohibido escribir el nombre de Dios. En su lugar, ponían una palabra que se le parecía pero al escribirla se sobresaltaban, tiraban la pluma y, quizá, caían de espaldas. Los evangélicos enseñan que al orar tenés que hacerlo en el nombre de Cristo: eso abre las puertas del cielo, eso activa el oído de Dios. Dice Jaqcues Allain-Miller: hable usted de algo y lo hará existir. En 1921, en Santa Cruz, Juan Esteban tenía 10 años y era mensajero de los huelguistas. La Caballería lo capturó y cuando lo iban a fusilar le gritó asesino al jefe y cayó: un balazo le había partido la lengua. Esto último nos cuenta Gelman (que a su vez lo leyó de Osvaldo Bayer), que es conocido como altísimo poeta pero además fue un hermoso periodista. Anota en el mismo texto que es la lengua, sí, la que habla y nombra y critica y desnuda al opresor, el instrumento humano que más temen los represores. Aunque sea una lengua de niño. Amaral García -que se sepa- fuel el primer chiquilín secuestrado en Argentina en 1975. Asesinaron a sus padres y llegó la hora de asesinarlo también a él: tenía cuatro años, sabía hablar y decir su nombre y apellido. Es decir, era peligroso. El asesino designado, como en el mito de Edipo y algunos cuentos infantiles, no se atrevió a matarlo y lo llevó a algún lugar del interior.

La palabra es como una esfera poderosa, una partícula que irradia algo que se mete en los huesos y en el pelo, que moldea el deseo y los miedos. Cantaba Quelentaro: si quiero remontar/ digo paloma/ y si quiero morir/ no digo nada. La palabra es una magia. Es una fábrica. Tiene algunos dueños que han ido haciendo/diciendo el mundo así como es. Pero cada tanto aparecen gentes habladoras por su cuenta, gentes de lenguas singulares que buscan decir otra palabra y no ser un cuerpo que repite. A esa gente yo la llamo maga. La única revolución es la de la lengua. Somos sirvientes de la gramática. Le hacemos caso a las palabras que nos han instalado atrás de la conciencia.

2. Los cursos del Mago Maurus

a) Nota al margen. Es una paloma que saca magos de la galera. Como no le creen, vive en un árbol.

b) Enseñanza de la técnica grafitti en una pared del barrio Güemes. Donde apunta un bosquejo para cambiar el mundo. El amor es un invento de los que aman.

c) Comunicación oída por alguien que lo asaltó en la madrugada para quitarle el maletín que- para asombro del alguien- sólo contenía los apuntes de las clases de volar. Donde enseña por qué la gente quita a la gente. Es preferible amar a una mujer que también lo ame a uno. De esta manera, ante un suceso triste, la tal mujer lo llamará a uno, y lo abrazará. Y uno se sentirá llamado.

d) Revelación que tuvo en el aula flotante del cursillo de ingreso a la carrera de Médiums con especialidad en Juego de La Copa (donde esboza los instrumentos del alma). Para entender el corazón del otro hay que soñar sus palomas.

e) Método para aprender a ser dulce en una mañana después de una noche. Que una mujer de pelo lila me diga que soy dulce.

Por Mauro Guzmán.