BLABLATORIO: BÍBLICAS O LA CONDUCTA DE JEHOVÁ

Entrega Nº4 de la columna semanal de Mauro Guzmán.

Bíblicas

O la conducta de Jehová (Y encuentre el ejemplo falso)

1. Dios le dijo a Lot que iba a quemar Sodoma y Gomorra, porque sus pecados llegaban hasta el cielo. Lot vivía ahí, y Dios mandó ángeles para avisarle que escapara con los suyos y que en la fuga no miraran atrás ni pararan. La mujer de Lot, en plena huida, miró atrás y se volvió estatua de sal. Algunos teólogos dicen que no hay que demorarse en el pasado. Drexler canta que somos una especie en viaje, que estamos vivos porque estamos en movimiento. Que lo mismo con las canciones, los pájaros, los alfabetos: si querés que algo se muera, dejalo quieto. Tanto Lot como Drexler se están moviendo, y moverse es una forma de la vida. (Génesis 19).

2.Hace muchos años existían gigantes, fruto del amor entre los hijos de Dios y las hijas de los hombres, que eran hermosas. Esos hijos fueron valientes hombres de renombre desde la antigüedad. Y aconteció que se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: eliminaré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado. Y antes de enviar el diluvio, advirtió a Noé que armara un gran barco y metiera a su familia con los animales. No sabemos qué fue del linaje de los gigantes. Los antropólogos afirman que algunos quedan, y se ocultan entre antiguas compañías de circo o son figuras de la NBA. Aunque es probable que la correntada del diluvio los arrastrara. (Génesis 6).

3. Cristo apareció en el patio. Tengo hambre, dijo. Querés un mate, le preguntó Flavio. Más vale, dijo. Al mate lo tomaban callados, hasta que Jesús le dijo si no tenía miedo. Si no sabía quién era. Vos sos o te hacés, preguntó Flavio, sos Jesús, y yo te estaba esperando. Cómo esperando, dijo Jesús. Sí, el tele me habla, dijo Flavio. Jesús lo miraba callado, y Flavio pudo haberle contado la verdad, pero le dijo que Dios lo había elegido y le había hecho saber, mediante señales emitidas por la televisión, a la madrugada, durante meses, que Cristo vendría y que él era el elegido para hospedarlo y con él instalar el peronismo definitivo en la Argentina. Yo sé todo, y confío, dijo Flavio. Jesús bajó los ojos. Flavio se acercó, le levantó la pera y empezó a besarle la boca. (Apocalipsis 26).