BLABLATORIO 16: EL AGRANDADOR DE UNIVERSOS

Mauro Guzmán retoma su espacio literario con tres pensamientos enlazados y un ejercicio práctico.

EL AGRANDADOR DE UNIVERSOS (INCLUYE EJERCICIOS DE ESCRITURA PERVERTIDA A PARTIR DE FOUCAULT)

1.Tranqui, man. Vicente Huidobro le dijo a los surrealistas, en Francia, en pleno furor del surrealismo, que él ya había inventado esa forma de escribir hacía rato, allá en Chile. Escribió que el poeta es un pequeño Dios. Tiró al sótano la idea del poeta inspirado así como algo del aire, repentino. No, chiquitos, ch ch, se escribe con la mente: la poesía es un oficio que requiere mucho cerebro. El poeta tiene que inventar el mundo, con sus palabras tiene que traer al mundo cosas que no existían antes que él las escriba. Por qué cantáis la rosa ¡oh poetas!/ Hacedla florecer en el poema.  El mundo tiene que ocurrir ante los ojos del lector. Cosas así hizo Huidobro cuando empezaba el 1900: a) El capitán Cook caza auroras boreales en el polo Sur; b) El océano se deshace/ agitado por el viento de los pescadores que silban; c) Señora, vuestra cabeza está llena de pianos; d) Torre Eiffel, guitarra del cielo; e) Hay que saltar del corazón al mundo/ hay que construir un poco de infinito para el hombre; f)Sobre el arco iris/ un pájaro cantaba/ abridme la montaña; g) un serafín náufrago/ teje coronas de algas; h) Los ascensores descansan en cuclillas; i) Una tarde/ al fondo de la vida/ pasaba un horizonte de camellos; j) Un tren puede rezarse como un rosario; k) Aquí nadie he encontrado/ De todos los ríos navegados/ yo me haría un collar (cien años después una canción de Sig Ragga dice: Donde estás tú quiero estar yo/ te haré un collar con tapitas mi amor); l) En mi memoria, un ruiseñor se queja/ ruiseñor de las batallas/ que canta sobre todas las balas; ll) El corazón hizo su nido/ en medio del vacío; m) Los cuatro puntos cardinales son tres: el Sur y el Norte; n) Los verdaderos poemas son incendios; ñ) Un poema es una cosa que será.

Se rumorea en hipermercados y verdulerías que su mejor obra es “Altazor”. Este personaje que creó Huidobro y que Altazor se llama, saben de qué trabaja: reparador de los motores del alba. Stop, Huidobro.

2.Aguante el lenguaje. Dice Ángela Pradelli que el lenguaje nos pone de pie y nos hace andar. Que la forma en que percibimos el mundo depende de nuestro lenguaje. Que tenemos que saber que todos nuestros pasos, para aquí o para allá, son unos u otros según sean unas u otras las palabras que pronunciamos o según sean unas u otras las palabras que preservamos en los silencios. Que la lengua transmite diferentes potencialidades y que por el lenguaje elaboramos complejísimas situaciones aun cuando estemos hundidos en el peor de los desasosiegos. La lengua nos permite salir de las experiencias más perturbadoras. Las palabras nos ayudan a abordar el inmenso enigma que es el yo, y también nos ayudan a acercarnos, aunque sea acercarnos, al misterio que siempre es el otro.

3.Ejercicio de escritura pervertida. En el primer tomo de Historia de la sexualidad, Foucault nos está contando que antes no se nombraba a la gente por cómo practicaba el coito o por qué cosas la excitaban, sino que eso es un invento del siglo XIX para controlar la práctica sexual, de modo que sea rentable para la economía capitalista: se instituye que el sexo normal y sano es el sexo entre un hombre (uno solo) y una mujer (una sola) dentro del matrimonio, y con fines de reproducción para que haya mano de obra futura. En eso está el tipo cuando pone una lista en la que, bueno, lo cito: constituyen especies todos esos pequeños perversos que los psiquiatras del siglo XIX entomologizan dándoles extraños nombres de bautismo: existen los exhibicionistas de Lasègue, los fetichistas de Binet, los zoófilos y zooerastas de Krafft-Ebing, los automonosexualistas de Rohleder; exisitirán los mixoescopófilos, los ginecomastas, los presbiófilos, los invertidos sexoestéticos y las mujeres dispareunistas. Los nombres están buenísimos y ustedes tienen tarea: escriban un texto a partir de uno o varios de esos lindos nombres. Pueden, por ejemplo, inventarles significados que no tengan que ver con el mundo de la sexualidad (después de hecho el juego, pueden ir a buscar el verdadero significado); o pueden tomar a los ginecomastas, por ejemplo, como una tribu de Canadá con poderosos chamanes y contar de sus poderes; o pueden divertirse o ponerse motorizados o trágicos u onanistas con lo que sugiere separar las palabras que habitan en automonosexualistas. Bueno, basta de cháchara, y manos a la obra.

Por Mauro Guzmán.